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sábado, 14 de junio de 2025

La totilla es la base de la justicia alimentaria

Rebeca Marín

El jueves 12 de junio del presente año dimos un paso decisivo para mejorar la vida de millones de mexicanas y mexicanos. En presencia de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, firmamos el Acuerdo Nacional para Estabilizar y Reducir el Precio de la Tortilla, alimento esencial del Pueblo de México.

 

Este acuerdo no es simplemente una lista de medidas: es una muestra del tipo de país que queremos construir. Porque, si de verdad queremos hablar de justicia social, iniciemos por la vida cotidiana de millones de mexicanas y mexicanos: la tortilla. Ésa que llega a todas las mesas –ricas o pobres, del norte y del sur, en la ciudad y en el campo– es más que un alimento. Es símbolo, sustento, herencia y presente.

 

¿Por qué es necesario este acuerdo?

 

El precio de la tortilla se había disparado 45 por ciento desde enero de 2021, muy por encima de la inflación general. Esta alza golpea de forma desproporcionada a quienes menos tienen: el 30 por ciento más pobre de la población gasta 4.2 por ciento de su ingreso en tortillas. Es un gasto indispensable que no puede reducirse sin afectar la alimentación de las familias.

 

Este acuerdo es parte de las acciones para dar cumplimiento al Compromiso 62 adquirido por la Presidenta con el pueblo de México. Atendiendo esa encomienda, identificamos que buena parte del problema se origina en el inadecuado funcionamiento y ordenamiento de la cadena maíz-tortilla.

 

Desde los 2.4 millones de productores de maíz blanco que venden la mayor parte de la producción nacional a intermediarios informales, hasta las familias dueñas de 111 mil tortillerías formalmente registradas que enfrentan la competencia desleal de quienes venden ese alimento al margen de las normas legales, esta cadena, que es el corazón de la agricultura y de la alimentación del pueblo de México, muestra imperfecciones desde la milpa hasta la mesa.

 

El acuerdo que firmó la Presidenta Claudia Sheinbaum hará posible ofrecer tortillas a las familias mexicanas a precios estables y justos, porque aborda integralmente las causas del problema con base en 12 medidas.

 

En lo inmediato, el objetivo es estabilizar el precio de la tortilla y, a partir de ahí, comenzar un proceso de reducción del mismo, basado siempre en el diálogo y la concurrencia de la voluntad de los actores participantes.

 

Las y los productores de maíz se verán favorecidos con el plan para fortalecer la plena autosuficiencia de maíz blanco no transgénico, con la disponibilidad de coberturas de precios, con el programa de crédito y seguro agropecuario Cosechando Soberanía, y con la promoción activa de acuerdos directos de comercialización.

 

Las y los productores, a su vez, contribuyen a este acuerdo produciendo más maíz blanco no transgénico, aumentando la oferta nacional que ayudará a contener los precios de la tortilla.

 

La industria de la harina se beneficia con el ordenamiento del mercado del maíz. Un mercado ordenado, con coberturas y acuerdos directos de comercialización es un mercado más predecible y menos riesgoso.

 

Las empresas de esta industria que se suman al acuerdo aportan al mismo, ofreciendo a las tortillerías participantes volúmenes muy importantes de sus distintos productos, a precios muy convenientes, por debajo de los que tendrían que pagar en otras condiciones.

 

Las tortillerías que integran la industria de la masa y la tortilla y que se suman al acuerdo recibirán importantes beneficios. En primer lugar, el acceso a harina de maíz a precios preferenciales, y, además, a maíz proveniente de pequeños productores a través de Alimentación para el Bienestar, a un precio muy beneficioso, de 6 mil pesos por tonelada, al día de hoy.

 

Además, a través de una línea especial de FIRA, podrán acceder a financiamiento. Las tortillerías podrán participar en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro para formar a la siguiente generación de expertos en el ancestral oficio de elaborar masa y tortilla de nixtamal. Se dispondrá también de un programa de capacitación para su personal basado en competencias claramente definidas.

 

A cambio de ello, las tortillerías participantes en el acuerdo se comprometen a mantener el precio al consumidor en el precio promedio de cada entidad federativa, y a irlo reduciendo en forma gradual en la medida en que avance el programa y vayan abatiendo sus costos.

 

Hay medidas de carácter normativo, regulatorio y de fiscalización que complementan el acuerdo, a cargo de diferentes dependencias del gobierno federal. Revisaremos la Norma Oficial Mexicana 187, que regula la harina, masa y tortilla. Publicaremos periódicamente precios de referencia del maíz blanco que orienten las negociaciones comerciales a lo largo de la cadena. Se intensificarán la verificación y vigilancia de prácticas comerciales abusivas, irregulares o ilegales en la venta de la tortilla.

 

A partir de la firma, estableceremos una mesa con todos los actores de este acuerdo para dar seguimiento a su cumplimiento y para corregir y perfeccionar oportunamente todo lo necesario.

 

Este acuerdo no es excluyente. Está abierto a la adhesión de más organizaciones de productoras, productores, industriales y comerciantes, porque en este esfuerzo no sobra nadie: todas y todos podemos aportar al bienestar común, a la transformación del país.

 

¡La tortilla es del Pueblo!

 

*Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México 

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