Primer lugar Deshonroso por matrimonio infantil de la OCDE

 

Alberto Moreno

Ciudad de México-. De acuerdo con datos recientes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), nuestro país ocupa el primer lugar entre los países miembros con la tasa más alta de matrimonio y unión infantil.

El estudio se basa en el porcentaje de mujeres de entre 20 y 24 años que reportaron haberse casado o unido antes de cumplir los 18 años. El resultado coloca a México con una tasa del 16.6 por ciento, seguido por Colombia con 16.4 y Costa Rica con 9.5 por ciento. Un ranking que refleja una realidad social profundamente preocupante.

La OCDE subraya que el matrimonio infantil frena el desarrollo económico y el fortalecimiento del capital humano, al limitar de manera directa el acceso a la educación, reducir las oportunidades laborales y afectar la productividad de una parte significativa de la población femenina joven.

Aunque en México la ley prohíbe el matrimonio legal antes de los 18 años, la práctica persiste mediante uniones informales o de facto, particularmente en entidades del sur y sureste del país. Chiapas encabeza la lista con cerca del 30 por ciento de mujeres que se unen antes de la mayoría de edad; Guerrero y Oaxaca registran cifras que oscilan entre el 25 y 30 por ciento.

El fenómeno no es ajeno a otras entidades. El estado de Morelos se ubica en un nivel intermedio, con una incidencia estimada de entre 15 y 18 por ciento, cercana al promedio nacional. En tanto, el Estado de México presenta tasas de entre 17 y 20 por ciento, una paradoja si se considera su alto grado de urbanización, pero también la existencia de bolsones de marginación dentro de zonas urbanas.

Estos datos obligan a una reflexión profunda. No basta con la prohibición legal; se requieren políticas públicas efectivas que combatan la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades educativas, factores que siguen empujando a miles de niñas y adolescentes a uniones tempranas que condicionan su futuro.

La información está sobre la mesa. La pregunta es ¿Habrá voluntad para transformar esta realidad que mantiene a México en un liderazgo que avergüenza y lastima?