Coordenadas Políticas/Martín Aguilar/Cae más un hablador que un cojo Coordenadas Políticas/Martín Aguilar/Cae más un hablador que un cojo

Muchos se preguntan en qué se basa Clara Brugada para atreverse a adelantar una posible victoria hacia la Jefatura de Gobierno, cuando su cuarto de guerra es realmente de guerra… ¡pero interna!

 

Mientras las encuestas a modo que le acercan en su equipo, la ubican —según ellos— entre ocho y 14 puntos arriba del candidato de la alianza Va X la CDMX, Santiago Taboada, en la calle la cosa se ve muy distinta, pero se la ocultan.

 

Porque de acuerdo con Tomás Pliego, quien se asume como el cerebro de la operación para el Día D —fecha de la elección— tiene todo listo para echar a andar la maquinaria territorial, y asegurar una gran movilización guinda hacia las urnas.

 

Según él, ya están ubicados 40 elementos por cada colonia de la capital, que tienen la misión de reclutar a diez personas cada uno, lo que darían 400 activistas por cada espacio territorial durante  la jornada electoral.

 

El sistema no es nada nuevo, por supuesto, y con él la 4T hace cuentas alegres para asegurar que tendrán los votos necesarios no solamente para ganar la Jefatura de Gobierno, sino también la mayoría de las alcaldías de la CDMX y la mayoría absoluta en el Congreso local.

 

Aunque en el propio equipo dudan de la veracidad de esos datos, Pliego insiste en que tiene todo bajo control, y no deja que nadie interfiera en su área, por lo que todos tienen que confiar en que sea verdad que la operación electoral está cubierta.

 

La cosa es que en los territorios que dice tener asegurados, los líderes no ven claro, pues se quejan de que no les hacen llegar recursos, lo que les ha impedido amarrar a los voluntarios que acarrearán gente a las urnas ese día.

 

Quienes conocen de esos temas afirman que la estrategia es bastante riesgosa, sobre todo si no se dispersan los recursos oportunamente, porque la oposición no está cruzada de brazos y, sobre todo, porque la gente que no comulga con la 4T está dispuesta a abarrotar las urnas.

 

Es decir, que mientras Morena depende de que su acarreo funcione como relojito, la oposición debe hacer su chamba y esperar a que los capitalinos —agraviados constantemente desde Palacio Nacional— vayan por su voluntad a votar.

 

Todo esto ocurre en un cuarto de guerra dividido, donde muchos no se pueden ver ni en pintura, mientras el coordinador de la campaña, Sebastián El Sebas Ramírez, es invisible para la mayoría.

 

Aunado a ello, el sectarismo de la propia Brugada ha hecho que varios liderazgos que tradicionalmente jalaban con Morena, se hayan alejado, incluso buscarán a la alianza opositora, donde Taboada los ha cobijado.

 

Y como la percepción es que Santiago ya rebasó a Clarita, y que habrá muchos espacios para repartir en su gobierno, pues están cambiando de bando ante el desaire de la 4T. 


 

 

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