Los últimos días han sido de pronóstico reservado para la 4T, la cual cruje y se cimbra por las constantes cuarteaduras a que ha sido sometida desde adentro.
El duelo de titanes, ha escalado hasta las más altas esferas del poder tanto nacional como estatal.
Todo pasa por el denominado Grupo Tabasco, que tiene como padrino político a Andrés Manuel López Obrador.
En consecuencia, el choque de trenes se da entre los López; el hermano del ex presidente José Ramiro, se le fue a la yugular al ex gobernador Adán Augusto López Hernández.
Y todo, porque confirmó la existencia de una orden de aprehensión en contra de Hernán Bermúdez Requema, señalado como líder del cartel La Barredora, ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Pero Adán Augusto no está manco y pronto le respondió al hermano del ex mandatario nacional.
En privado, y a quien quisiera escucharlo, el mandamás del Senado de la República, sostuvo que Bermúdez Requema, es allegado a José Ramiro.
De hecho, lo que se filtró de esa conversación es que la carrera policial de Bermúdez, la promovió el propio José Ramiro, así como el actual director del Infonavit, Octavio Romero.
Hay que recordar que Romero, ex director de Pemex, también forma parte del Grupo Tabasco, y a quien Andrés Manuel nombró Oficial Mayor, durante su estancia como jefe de gobierno.
El caso concreto es que las cosas no suceden por casualidad en esa entidad, influenciada por el obradorismo.
Y las acusaciones de José Ramiro contra Adán Augusto, no pueden entenderse sin el visto bueno o el aval del ex presidente.
Derivado de ello, se puede desprender que algo falló o se rompió entre Andrés Manuel y Adán Augusto.
¿Acaso sería que Obrador le incumplió a Adán Augusto, hacerlo candidato a la Presidencia y por ende presidente de la República?
De ser así, este sería el momento ideal para el cobro de facturas. ¿Pero quién le pega a quién? ¿Quién tiene más poder? ¿Quién resulta más afectado?
Es evidente que Adán Augusto, es el rival a vencer o al menos a pretender doblegar, la cuestión es saber el motivo o la razón, y quién mueve los hilos del poder.
Para ningún político es ajeno el poder y la influencia que adquiere un líder senatorial, como es el caso de Adán Augusto.
Desde siempre, las dos cámaras del Congreso han sido criadero de gobernadores, y esta ocasión, no será la excepción.
Lo que se observa en el fondo, es la pretensión de frenar al líder de Morena en la Cámara Alta para que no adquiera mayor fuerza con una legión de candidatos a gobernadores para 2027.
La jugada no resulta de una casualidad, de la fuerza que adquiera un político en las elecciones de 2027, resultará su oportunidad para el 2030.
Ese es el entorno generado por las disputas entre el Grupo Tabasco, del cual suena lógico incluir como integrante distinguido a quien no le guste que le llamen Andy.
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