Y es que, tras perder en Cuauhtémoc, Catalina Monreal recurrió a diversas impugnaciones —basadas en resoluciones a modo del tribunal local—, para que las autoridades federales declararan nula la elección, pero fueron desechadas.
El miércoles, la Sala Regional desestimó también la acusación de que Rojo de la Vega la hubiera atacado en sus redes sociales para invisibilizarla, lo que según ella no sólo afectó el resultado, sino que le causó trastornos psicológicos que la mantienen en terapia.
Junto con la Cuauhtémoc, los Monreal habían impugnado igual los resultados en Zacatecas y Fresnillo, pero recibieron un fuerte revés, lo que auguraba que les pasaría lo mismo en la CDMX.
A pesar de este nuevo fallo en contra, Catalina recurrirá a la Sala Superior, como última carta. De ratificarse el triunfo de Alessandra, Morena habrá perdido por segunda ocasión consecutiva la Cuauhtémoc, corazón político y financiero de la capital.
Pero la Sala Superior también tiene que dictaminar sobre el presunto rebase de tope de gastos de campaña del morenista Javier López Casarín, quien ganó apretadamente la alcaldía Álvaro Obregón a Lía Limón, que buscaba reelegirse.
El INE encontró elementos para pedir que se anule la elección, aunque se dice que el dictamen será regresado a ese órgano por los magistrados electorales, para que se corrijan algunas inconsistencias, lo que se podría traducir en que tampoco sería anulada esa elección.
Porque de haber nuevos comicios, en Morena se desataría otra lucha a muerte por la candidatura, ya que López Casarín no podría participar. En teoría, le tocaría a Marcelo Ebrard definir la nueva candidatura, pues ése fue su pago por haberse subordinado a Claudia Sheinbaum.
El problema es que Marcelo ya no tendría muchas fichas, y en una de ésas se vería obligado a recurrir a Alberto Esteva, exdirector de Gobierno con Layda Sansores, pero Martí Batres vería la oportunidad de impulsar a su hermana Valentina.
En ese caso, Ebrard podría voltear a ver quizás a Leticia Robles, quien ya fue delegada en 2003, y a quien, a pesar de ganar la encuesta de Morena en Álvaro Obregón, le aplicaron la equidad de género y la dejaron fuera.
Y es que Robles fue factor importante no sólo para que López Casarín ganara, sino que también para diputados como Fernando Zárate y las propias Brugada y Sheinbaum, tuvieran mayor votación en el territorio.
Por lo pronto, dicen que la propia Brugada ha instruido a su equipo que presionen a quien tengan que presionar, para que los tribunales no reviertan el triunfo de López Casarín. No por él, sino porque está agradecida con Ebrard, quien estuvo cerca en su campaña.
Habrá que esperar la decisión del TEPJF para ver qué va a pasar en dos de las alcaldías más importantes de la capital del país.
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