Nuestro país vive con un modelo de movilidad obsoleto. Los modelos y sistemas de transporte de carga y de personas que tiene México son caros, contaminantes, peligrosos y gracias a ellos, perdemos cuando menos 3 puntos del PIB anualmente. Circulan más de 60 millones de vehículos diariamente en nuestras carreteras, caminos y calles de nuestras congestionadas ciudades.
Desafortunadamente la construcción de infraestructura para el transporte de carga y movilidad de los mexicanos ha sido insuficiente para atender el crecimiento poblacional de los últimos 50 años.
Sabemos que en el período de la pandemia del Covid, se detuvo el ritmo de crecimiento de la venta de vehículos automotores (automóviles, camionetas y camiones). Pero ya lo recuperamos.
La venta de autos en México creció 24.4% en 2023, respecto a los vehículos vendidos en 2022 y superó el nivel de la prepandemia.
Durante el 2023 se comercializaron en México 1´361,433 vehículos nuevos y de 1´496,806 vehículos nuevos en el año 2024, lo que significó un incremento de 9.94 % respecto al 2023, de acuerdo con cifras oficiales.
De acuerdo con los datos del INEGI, el total nacional de vehículos de motor registrados en circulación en 2024 es de 58´199,293.
Lo que nos demuestra lo equivocado de nuestra mezcla de sistemas de movilidad y transporte. No tenemos trenes a pesar de que se haya impulsado (equivocadamente) la construcción del Tren Maya que según los datos oficiales ha tenido un costo muy elevado de más 500,000 MDP, al día de hoy.
También está en marcha la construcción del Tren Interoceánico en el sureste mexicano.
En lugar de haber construido un tren magnético de Mérida a Tijuana. Debo reconocer que la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció tres nuevas líneas de trenes de pasajeros en las siguientes rutas: del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles a Pachuca, Hidalgo. México-San Luis Potosí-Monterrey-Nuevo Laredo y México-Querétaro-Guadalajara que juntas podrían sumar más de 1,200 km- Enhorabuena. Ojalá sean trenes magnéticos modernos.
Me quiero referir a las pérdidas económicas y los impactos ambientales por esta mala costumbre de no reparar los 10´000,000 de baches que tenemos y seguir poniendo diariamente más topes en nuestro país.
Ningún gobierno municipal ha logrado tener un sistema de mantenimiento eficiente que elimine totalmente los baches y la falta de educación vial de los conductores tanto de automóviles como de camiones, ha ocasionado esta pésima costumbre de estar construyendo permanentemente topes, no solo en zonas escolares, de hospitales sino también en estacionamientos y lugares públicos de esparcimiento.
De acuerdo con un estimado del 10 % del costo total de un vehículo automotor por concepto de mantenimiento de suspensión, llantas y frenos. Podemos afirmar que debido a estos baches y topes, México pierde la estratosférica cifra de 125,645 millones de pesos anuales y adicionalmente se incrementan sus emisiones de CO2 en un 25 % (12.66 millones de ton/CO2/eq/año).
*Carlos Alvarez Flores. Experto en gestión de residuos y cambio climático. Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C. www.carlosalvarezflores.com y Twitter @calvarezflores
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