Rebeca Marín
Taruk, el primer camión eléctrico con sello Hecho en México, se enfrenta a un escenario en el que su producción se encarece ante el aumento de aranceles en insumos elementales como las baterías y los semiconductores.
Roberto Gottfried, director ejecutivo de Megaflux, pionera en camiones eléctricos pesados y conocida por Taruk, indicó que las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, han elevado costos, han frenado el escalamiento de la producción y retrasan la electromovilidad en México.
"El componente más crítico sigue siendo la batería y los semiconductores. No hay proveeduría nacional y eso nos obliga a importar con aranceles, lo que frena la competitividad del sector eléctrico", dijo en entrevista con El Sol de México luego de participar en un evento de la Secretaría de Economía.
Además de los aranceles, la empresa enfrenta desconfianza en el mercado local y limitaciones en la proveeduría regional.
"Nosotros hemos absorbido parte del costo arancelario, pero el problema es estructural, sin una política industrial que desarrolle baterías y chips en México o Norteamérica, la industria eléctrica no puede despegar", advirtió Gottfried.
Aun así, explicó que el impacto se ha equilibrado parcialmente porque los competidores que importan desde Asia enfrentan condiciones similares.
"La diferencia es que nosotros producimos en México, generamos empleos aquí y ofrecemos precios iguales o más bajos que la competencia, pero aun así cuesta que el mercado nos apueste", agregó.
Las partes eléctricas de los camiones, como el motor y la transmisión de Taruk se fabrican en Iztapalapa, y se ensambla en Hidalgo. Actualmente, 70 por ciento de sus componentes son de origen nacional y la empresa espera llegar a 75 por ciento en el corto plazo. Ese último tramo depende de acceder a baterías y semiconductores regionales.
"Nuestra capacidad instalada es de dos mil unidades al año, pero para crecer necesitamos capital y una cadena regional de componentes. Si México y Norteamérica apuestan por esto, podemos escalar rápido", subrayó.
Megaflux ha diversificado proveedores en al menos tres países para evitar depender de un solo fabricante internacional, especialmente en el caso de baterías, donde los aranceles desde Asia pueden superar 20 por ciento.
Gottfried anticipó que, en dos o tres años, podría existir producción norteamericana de baterías en volúmenes importantes.
"Ese sería el punto de quiebre para despegar", dijo.
Para acelerar el crecimiento, la empresa apuesta por alianzas estratégicas. Una de las más relevantes es con la fabricante brasileña Marcopolo, líder global en carrocerías de autobuses.
"Estamos construyendo el primer autobús eléctrico de 12 metros para 100 pasajeros, junto con Dina y Marcopolo. Se entregará en marzo de 2026. Es un proyecto latinoamericano con ingeniería mexicana".
La alianza también tiene un enfoque geoeconómico: Brasil y México son dos de los mayores consumidores de autobuses del mundo.
"Podemos diseñar y fabricar lo que nuestras economías necesitan, sin depender de Asia", afirmó.
Además, Marcopolo cuenta con certificaciones para vender autobuses en 38 estados de Estados Unidos, lo que abre la puerta a la homologación de Taruk en ese mercado, particularmente en California.
Gottfried consideró que, pese a los obstáculos, México está en una posición estratégica para liderar la fabricación de vehículos eléctricos pesados en la región.
"Si alineamos política industrial, proveeduría regional y cultura empresarial, podemos crear una industria eléctrica propia. Taruk es solo el inicio".
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