Coordenadas Políticas/Martín Aguilar/Todo se pinto de rosa

A pesar de los obstáculos que los gobiernos federal y local les interpusieron, la llamada Marea Rosa se apropió ayer del Zócalo capitalino, dando una muestra más del poder de los grupos que la conforman.

 

Ciudadanos convocados por organizaciones sociales, desbordaron la Plaza de la Constitución, parcialmente tomada desde el miércoles pasado por maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, en demanda de un aumento salarial de ciento por ciento.

 

La ocupación de ese espacio por parte de los maestros se dio, casualmente, luego de que los organizadores anunciaron como oradores principales del evento a Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada, candidatos opositores a la Presidencia de la República y la Jefatura de Gobierno, respectivamente.

 

A mitad de semana, tras reunirse con el Presidente en Palacio Nacional, la CNTE había anunciado que se retirarían temporalmente de la plaza, para dejar el paso libre a la Marea Rosa, pero el viernes recularon y anunciaron que ahí se mantendrían.

 

Integrantes de la organización magisterial, que durante el sexenio ha sido aliada de la 4T, bloquearon durante varias horas los vehículos que transportaban tarimas para el templete y equipo de sonido para el mitin; hasta la madrugada del domingo los dejaron pasar.

 

Es obvio que los maestros se instalaron ahí con la complacencia tanto del Presidente, como del jefe de Gobierno sustituto, Martí Batres, con la intención de que la plaza luciera semivacía y no se pintara de rosa.

 

La idea era que, aunque en la capital todo mundo se diera cuenta de que Morena había boicoteado el evento, en el interior del país se vieran imágenes con la plaza a medio cupo, para sembrar la idea de que la marcha no tuvo la suficiente convocatoria.

 

Incluso, un día antes instalaron rejas para dividir por la mitad el espacio, con el pretexto de proteger tanto a los maestros, como a los manifestantes, en prevención de cualquier altercado entre los grupos.

 

Daban por hecho que sólo la mitad del Zócalo se vería poblada, pero no contaron con que la Marea tomara pacíficamente la otra mitad, sin oposición de los maestros. El Zócalo entonces se pintó de rosa, además de las calles que confluyen al emblemático lugar.

 

Al final, la Marea Rosa arrasó las trampas que el predecible Batres intentó poner, y fue así como los candidatos opositores dieron sus respectivos mensajes –enlazados con las principales plazas del país–, teniendo como marco una plaza llena y, por primera vez, con la bandera ondeando.

 

Para fortuna de los rosas, el viento sopló y el lábaro patrio lució imponente.

 

Fue así como las trampas que quiso hacer la 4T se le revirtieron y quedó de manifiesto en el ánimo popular que los ciudadanos no tienen ningún miedo de enfrentar al oficialismo el próximo 2 de junio en las urnas.

 

Los propios maestros reconocieron que la Marea Rosa los rebasó, con lo que queda claro que las clases medias, ésas que en Palacio Nacional califican como aspiracionistas, también salen a marchar para defender sus derechos.

 

Ni el inclemente sol ni la enésima contingencia ambiental decretada en la CDMX frenaron el entusiasmo de las familias durante la marcha rosa. 


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