La Barriada/Martín Aguilar/Prometer no empobrecer

A quien le aplicaron la cuauhtemiña fue al gobernador Cuauhtémoc Blanco, quien busca desesperadamente salvar el pellejo después de que Morena no lo tomó en cuenta para ningún cargo de elección popular en la Ciudad de México, que, según él, le tenían prometido.

 

Ahora que sus cercanos están siendo desactivados en Morelos, el exfutbolista quiere quedarse con la candidatura al Senado por ese estado, que le corresponde a su excoordinador de asesores, Víctor El Güero Mercado.

 

Como en otras ocho entidades, Morena hizo una encuesta para definir la candidatura del estado en 2024, que ganó la exdirectora de la Lotería Nacional, Margarita González Saravia; El Güero quedó segundo, con lo que se hizo acreedor a la primera fórmula para senador.

 

Todo habría estado bien si a Cuauhtémoc le hubieran cumplido alguna de las ofertas que decía tener para ser candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de México, gracias a su supuesta cercanía con Andrés Manuel López Obrador.

 

Pero las cosas se le empezaron a complicar, e incluso desde la Fiscalía de Justicia de la CDMX intentaron quitarle de encima al fiscal morelense Uriel Carmona, quien fue procesado por presuntos delitos que ni siquiera existen en el Código Penal de Morelos.

 

Violando el Pacto Federal, la fiscal Ernestina Godoy pidió la captura de Carmona, apresado en su domicilio de Cuernavaca y llevado al Reclusorio Sur de la capital, para acabar después en el penal de máxima seguridad de El Altiplano.

 

Sólo que el fiscal fue liberado, lo que frenó la licencia de Blanco para separarse del cargo y regresarse a la capital del país en busca de nuevo hueso.

 

Se ha dicho que existen al menos dos carpetas en contra de Cuauhtémoc por presuntos delitos graves, que podrían activarse en cuanto se vaya, por eso reculó y tuvo que quedarse para tener fuero. Apostó a que El Güero Mercado o  Sandra Anaya, secretaria de Administración de su gobierno, ganaran la candidatura para 2024, pero desde Palacio Nacional le impusieron a González Saravia, con lo que queda claro que quienes decía eran sus amigos ya lo soltaron.

 

Por eso ahora busca quitarle el premio de consolación a El Güero, quien fue su secretario de Movilidad y Transporte, y después su jefe de asesores.

 

A cambio de que su exchalán le deje la senaduría, Cuauhtémoc le ofrece hacerlo candidato a la alcaldía de Cuernavaca; o sea, mandarlo al matadero, pues ante la pésima administración morenista, la gente ya no los quiere.

 

Pero, además, esa posición también la busca el exsenador Rabindranath Salazar –para él o para su mamá–, lo que complica más las cosas.

 

Dicen que el examericanista está aterrado, sobre todo después de que la senadora Lucy Meza –vetada en Morena– se alzó con la candidatura del Frente Amplio Opositor para la gubernatura, y todos la ven como segura ganadora.

 

Primero, por su trabajo territorial de años en el estado, donde es conocida, y después porque González Saravia es una pésima candidata. La sociedad morelense la ubica sólo como dueña de Las Estacas.

 

Necesitaría un coordinador de campaña de peso completo, pero no se ve de dónde lo pueda obtener. El único visible sería Juan Salgado Brito, sólo que está en tareas con Zoé Robledo en el IMSS. 


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