Fwd: La Barriada/Martín Aguilar/La cruda realidad

"El medio es el mensaje", escribió Herbert Marshall McLuhan. el teórico de la comunicación y erudito canadiense.

 

La frase cobró vigencia con una imagen difundida profusamente que dio pauta a miles de interpretaciones.

 

Se trata del Presidente Andrés Manuel López Obrador a bordo de un vehículo militar atascado en un camino de lodo.

 

Al menos una docena de elementos militares, intentan hacer avanzar el automotor. El mandatario –impotente- observa el suelo fangoso donde está atrapado.

 

El mensaje es contundente. Un presidente vulnerable, desvalido, desamparado e inerme, pese a estar rodeado de su mayor fortaleza: el Ejército y la Marina.

 

El vehículo atascado es el reflejo de su administración. Todo el aparato gubernamental incapaz de trasladar al Presidente a Acapulco para conocer la devastación causada por el huracán Otis.

 

Más de 10 horas tardó el mandatario en arribar al despedazado puerto turístico. La autopista de El Sol había colapsado. ¿Culpará al pasado de la tragedia?

 

En el pasado los presidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto difundían imágenes de sus visitas a lugares siniestrados bajo la lluvia visitando damnificados.

 

Había manejo de la comunicación. El mensaje transmitido era la del Presidente atendiendo sus obligaciones y en el lugar del desastre.

 

De hecho la comunicación del mandatario, es eso, un desastre. No la lleva su vocero Jesús Ramírez, la detenta López Obrador a través de su conferencia.

 

En consecuencia alguien –seguramente un militar- tomó la fotografía del Presidente empantanado, y la difundió sin medir el alcance e impacto.

 

Las "benditas redes sociales" que tanto aplaudió el mandatario, hicieron lo suyo, hasta potenciarlo atrapado en la nada, sin elogios y arengas que cosecha para privilegiar su popularidad.

 

López Obrador fue obligado a salir de su ambiente natural –Palacio Nacional, sin la estrategia que abandonó con la desaparición del Fondo de Desastres Natural (Fonden), y que ahora niega que lo haya hecho.

 

El criminal descuido lo alcanzó y rebasó. El huracán Doli no le cayó "como anillo al dedo".

 

Exhibió la ineptitud de las áreas responsables de alertar y evacuar a la población frente a un fenómeno natural de tal dimensión.

 

Cualquier estudiante de periodismo y comunicación, habría impedido la difusión de la fotografía que reflejó el caos del Presidente sumergido en un pantano. 


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