Congreso de la CDMX va por regular las plataformas de hospedaje, también conocidos como gentrificación

Rebeca Marín

La gentrificación hace referencia a que distintos sectores de la población con mayor capacidad económica se apropian de espacios urbanos que presentan ciertas cualidades, como áreas verdes, buena ubicación, equipamiento, infraestructura y zonas culturales que son muy buscadas por el capital inmobiliario. Es un fenómeno que afecta a ciudades con potencial turístico y relevancia económica, y la capital de nuestro país no es la excepción, pues ya experimenta en diversos de sus barrios y colonias este proceso de reestructuración de relaciones sociales en el espacio público.

 

El geógrafo Luis Alberto Salinas Arreortua, investigador del Instituto de Geografía (IGg) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), refirió que en esos sitios urbanos, antes empobrecidos, pero con cualidades, se construyen inmuebles para gente de ingresos medios y altos y, actualmente, para extranjeros. Por sus limitados recursos económicos los originarios no pueden continuar con el alquiler en esos lugares.

 

De acuerdo con la Secretaría de Turismo de la administración local, en promedio hay 30 millones de nómadas digitales y más de la mitad se encuentran en Estados Unidos. Poco a poco el fenómeno de la gentrificación se ve en colonias como San Rafael y Santa María la Ribera, por mencionar algunas. Aquí, lo mismo conviven los negocios clásicos del barrio, como la pollería, la ferretería y la fondita, con los cafés especializados, los restaurantes goumert y tiendas hipsters y vintange.

En ese contexto, una de las tareas pendientes que se deberán atender en el próximo periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Ciudad de México es la discusión de la regulación de plataformas de hospedaje en la capital del país.

 

La finalidad es ordenar a las aplicaciones que se dedican a la renta de viviendas de corta estancia, que han proliferado en los últimos años en diversas colonias de la capital. Esta sería la primera entidad en aplicar esta regulación para servicios como Airbnb.

 

El jefe de gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, envió, el pasado mes de noviembre, la iniciativa de reformas a la Ley de Turismo de la Ciudad de México, en la cual argumenta que la presencia de plataformas digitales ha generado beneficios económicos significativos para la ciudad, debido a que los anfitriones que ofrecen sus inmuebles de uso habitacional para fines turísticos a través de estas plataformas obtienen ingresos adicionales, mientras que los visitantes extranjeros tienen acceso a una amplia gama de opciones de hospedaje.

 

Además, esta diversidad de opciones mejora la competitividad de la ciudad como destino turístico, atrayendo a una audiencia más amplia y diversa.

 

La iniciativa propone regular el sector de oferta de inmuebles de uso habitacional para uso turístico a través de plataformas digitales, para diferenciarlos de hoteles y moteles, y desarrollar una normativa específica.

 

Se conformará un padrón de anfitriones actualizado y confiable que permita saber cuántos, dónde y cuánto se ocupan los inmuebles que se ofertan.

 

El especialista de la UNAM, Luis Alberto Salinas, hizo notar que entre las modificaciones en un barrio gentrificado, destacan la remodelación de viviendas, creación de edificios y llegada de nuevo comercio.

 

"Son cambios importantes dirigidos a favorecer más a la población de ingresos medios y altos", destacó.

 

Sin embargo, para el gobierno citadino, las empresas de hospedaje a corto plazo y los nómadas digitales se han vuelto una gran fuente de divisas e, incluso, las autoridades locales firmaron un convenio de colaboración con la UNESCO y la empresa de hospedaje Airbnb para que la Ciudad de México se vuelva la capital del turismo.

 

De acuerdo con la Secretaría de Turismo de la administración local, en promedio hay 30 millones de nómadas digitales y más de la mitad se encuentran en Estados Unidos.

 

El profesor de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, Enrique Soto Alva, refirió que las personas que llegan a los barrios gentrificados tienen una economía privilegiada, suelen ganar en dólares o en euros, y tienen su domicilio en otra parte del mundo.

 

Delineó que el problema ocurre cuan[1]do en un lugar con alta demanda llegan a competir personas que tienen diferentes intereses comerciales y cuentan con más recursos.

 

El experto en la materia mencionó que, como consecuencia, alteran el negocio de la casa habitación, porque la renta de hospedaje a corto plazo es controlada por plataformas transnacionales.

 

Información del índice inmobiliario de especialistas del sector, refiere que en los últimos dos años han subido de manera importante los precios de las rentas en la zona centro de la capital del país, que registra incrementos muy por encima de la inflación.


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