La Barriada/Martín Aguilar/Quienes protegen a criminales

 

"Cuidamos a los integrantes de las bandas, son seres humanos", respondió cuando le preguntaron sobre la persecución de militares por delincuentes en Michoacán.

 

"Esta es una política distinta", dijo. "Completamente distinta", acotó. "Muchos celebraban que era el mundo al revés; pues para mí fue una actitud responsable".

 

Sin mayor empacho y ante la atónita mirada de los presentes, escuchas y televidentes, el Presidente salió en defensa de los grupos delincuenciales.

 

"Antes era distinto, eran constantes los enfrentamientos y perdían la vida los integrantes de bandas de delincuentes", justificó.

 

¿Acaso la formación de los militares para evitar los enfrentamientos es correr cuando los atacan los delincuentes?

 

Una vez más queda demostrado que la instrucción del comandante de las fuerzas armadas es dejar hacer y dejar pasar a los criminales.

 

Por eso se han apoderado de territorios importantes en distintas entidades del país, sin importar que siembren el terror en lugar de sembrar las tierras.

 

Como siempre se quejó de los cuestionamientos. Para el Presidente la escena de los militares huyendo, fue actuar con "inteligencia" y "responsabilidad".

 

En síntesis su estrategia de "abrazos no balazos" permitió carta abierta al crimen para cometer atrocidades, asesinar a diestra y siniestra en territorios sin ley.

 

López Obrador dijo que el "pensamiento dominante" de antes era "enfrentar la violencia con más violencia, el mal con el mal, como si se pudiese apagar el fuego con el fuego, es la ley del talión; diente por diente, ojo por ojo".

 

Pero la estrategia puesta en marcha ha resultado fallida, porque los números desmienten al Ejecutivo.

 

A inicios del presente año, su gobierno había rebasado los 100 mil asesinatos; en el mismo periodo de Felipe Calderón, la cifra fue de 36 mil y en el de Enrique Peña Nieto de 48 mil.

 

Es decir, que en lo que va de su gobierno López Obrador casi triplicó la cantidad de crímenes en comparación la gestión de Calderón, su más acérrimo adversario; y duplicó la de Peña Nieto.

 

A ello se le suma el perdón a Ovidio, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán y el saludo a la madre del tristemente célebre narcotraficante.

 

Asimismo, las denuncias de la participación del narcotráfico en las elecciones de 2021 y las acusaciones en contra de los hermanos del Presidente Pío y Martín, así como de su prima Felipa.

 

Lo que persiste es la impunidad y la corrupción, a grado tal que México es el peor evaluado de la OCDE, ubicado en el sitio 124 de 180 países.

 

¿Es o no fallida la estrategia anticrimen? ¿Funciona mejor la protección a los delincuentes? 

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