Fwd: Coordenadas Políticas/Martín Aguilar/Ojos que no ven

La parafernalia 4T es lo nuevo; con usos y costumbres, rituales, danzas, limpias y actos chamánicos.

 

Nada que ver con el pasado, ni el inmediato, ni de hace décadas, cuando el protocolo marcaba estilos, trato e imagen.

 

Hoy cero institucionalidades; disciplina ni soñarla; hay ausencia de respeto -por ejemplo- a la figura presidencial, entre los suyos.

 

La oratoria está por los suelos, nadie se ha molestado en tomar un curso, por lo menos en el instituto patrulla.

 

En cuanto a vestimenta, ésta no rige ningún protocolo de formalidades; el color solo detona oscuridad, nada atractivo a la vista.

 

En el caso de los hombres, no es rigurosa la corbata, es al libre albedrío, cual gusto según el estado de ánimo o humor.

 

Su actuación pública, es de activista más que de funcionarios; los discursos, suelen nutrirse de una fuerte carga de consignas y arengas.

 

Quien no está de su lado, piensa que están en su contra; les es difícil discernir con claridad que existe constitucionalmente la libertad de expresión.

 

Solo les falta salir a protestar o llenar el zócalo con acarreados para reprochar el porqué de tantas críticas.

 

Para los cuatroteistas la crítica es ofensa; los cuestionamientos, reclamos airados y ataques sin sustento.

 

Tienen como característica la extravagancia, los excesos, la prepotencia y los abusos.

 

Sus viajes –según sus aplaudidores- no rompen con la ansiada austeridad que pregonan, pero gastan y se visten como monarcas; lo fifí se quedó corto.

 

Esa es la moda 4T, quítate para ponerme yo, con todo y mis actitudes, vicios, despilfarro, y todo lo que se le sume.

 

Del poder presidencial, al Judicial, un ritual, como el de ayer, donde ministras y ministros participaron en una ceremonia de purificación y entrega del bastón de mando.

 

La ley y la justicia, ya no es su guía, sino el mito Quetzalcóatl, para que le marque sus pasos a esta nueva etapa de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

 

En tanto en Palacio Nacional, las cuentas de la presidenta Claudia Sheinbaum, fueron más que alegres; nada de autocrítica.

 

"En todos los centros de salud y hospitales, el abasto de medicamentos están por encima del 90%", presumió.

 

Y por si algo faltara, durante el informe presidencial, se hizo presente Andy López Beltrán, tras su escandaloso viaje a Tokio, Japón.

 

Por la tarde, la secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez, acompañada del subsecretario de la misma dependencia, César Yáñez, entregó el primer informe federal de gobierno.

 

En el Senado, ministros, magistrados y jueces, también rindieron protesta, para culminar este complicado proceso de elección de los juzgadores del país.

 

Es entonces una apretada síntesis de la parafernalia de ayer. 


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