Rebeca Marín
La gentrificación es un fenómeno multifactorial que no puede atribuirse a una sola causa o tratar de señalar al turismo y el alojamiento a través de plataformas digitales como los responsables de la expulsión de familias de ciertas zonas de la ciudad.
Es preocupante que con "mitos" se están explicando las causas de la gentrificación, cuando este es un fenómeno que se ha dado a lo largo de toda la historia de la humanidad y en todas las ciudades del mundo, indicó Magdalena García Hernández, integrante de #TodosSomosAnfitriones.
"La mayoría de las definiciones de la gentrificación que escuchamos se basan en sus efectos, como decir que se expulsa a la población que tiene menores ingresos", indicó Magdalena al señalar que aquí lo que hay que preguntarse es por qué las personas no tienen ingresos suficientes para quedarse a vivir en esos lugares.
En entrevista para La Prensa, al término del primero Foro de análisis y discusión del Bando 1 y el fenómeno de gentrificación, Magdalena García indicó que no tener un ingreso suficiente para vivir en ciertas zonas de la ciudad, tiene que ver con políticas públicas salariales, económicas, la falta de producción de vivienda y toma de malas decisiones en el uso de suelo.
Al celebrar la realización de foros y abrir un debate público sobre el problema de la gentrificación, Magdalena García se manifestó a favor de la regulación, pero también su preocupación de que "sean mitos" con los que se trata de explicar la gentrificación, fenómeno del cual se habla más de sus efectos, pero no de sus causas.
Durante muchos años han existido personas alquilan cuartos de su casa para obtener un ingreso, como narra el pasaje bíblico que daba posada a los peregrinos. "Los anfitriones somos personas que necesitamos un ingreso y a través de esta actividad podemos obtenerlo de forma legal, porque pagamos impuestos y cumplimos con el marco jurídico", indicó.
Sí no hay oferta de vivienda asequible dónde van a vivir las familias, cuestionó al señalar la inequidad que se ha generado cuando se autoriza a grandes desarrolladores inmobiliarios construir vivienda en las periferias de la ciudad, donde las personas van a requerir transporte para llegar a su trabajo.
"Tenemos que tener una visión integral para diseñar un desarrollo urbano más ordenado, que cuente con todos los servicios, no solo en el área urbana, sino también en las zonas rurales", señaló al considerar que se debe desterrar el modelo centralista que solo toma en cuenta las grandes ciudades.
"Nosotros estamos tratando de desarrollar un modelo para que todas esas zonas de la periferia de la ciudad, tengan las mismas posibilidades", indicó Magdalena.
Planteó diseñar un modelo que responda a la realidad mexicana y no retomar esquemas de otras ciudades del mundo, como Barcelona o Nueva York, porque los habitantes de esas ciudades ganan seis o siete veces el salario mínimo que se gana aquí en México.
Una ciudad incluyente, también significa derecho al empleo, al ingreso digno, indicó Magdalena al señalar que alrededor del 70% de las personas que se dedican a la anfitrionía su ingreso proviene de esta actividad.
Las y los anfitriones no somos especuladores. El 85% tiene solo una o dos propiedades, lo que representa el 0.6% del parque habitacional en la ciudad.
El 51% somos mujeres. El 17% somos adultos mayores y cada vez más jóvenes se incorporan como anfitriones, señaló Magdalena García, integrante de la organización #TodosSomosAnfitriones.
Tenemos que tener una visión integral para diseñar un desarrollo urbano más ordenado, que cuente con todos los servicios, no solo en el área urbana, sino también en las zonas rurales, Magdalena García Hernández, integrante de #TodosSomosAnfitriones.
"Recibimos a turistas, sí, pero también a quienes vienen por razones de salud, trabajo temporal, estudio, cultura, religión, deporte y reuniones familiares. Somos parte de una economía hospitalaria popular y legítima. El 60% de nuestros huéspedes son mexicanos/as", comentó.
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