La actividad industrial en abril cayó en 18 de los 32 estados del país, pero fue la región Sur-Sureste la que concentró las mayores caídas, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Según el Indicador Mensual de la Actividad Industrial por Entidad Federativa (IMAIEF), de los 12 estados que conforman la región, solo cuatro lograron crecer, mientras que ocho registraron caídas, reflejando un deterioro generalizado en sectores clave como las manufacturas, la minería y la construcción.
El caso más severo fue Quintana Roo, donde la actividad industrial se desplomó 45.9 por ciento anual, arrastrada por una caída de 52.8 por ciento en las manufacturas y de 42 por ciento en la minería.
Campeche, Tabasco y Veracruz también mostraron retrocesos importantes. En Campeche, la industria manufacturera cayó 46.5 por ciento; en Tabasco, la minería retrocedió 21.4 por ciento, y en Veracruz, la construcción fue el sector más afectado, con una baja de 11.4 por ciento.
De acuerdo con un análisis de la Dirección General Adjunta de Análisis Económico y Financiero de Banco Banorte, la mayoría de los estados del sur experimentaron desaceleración o contracción en abril, lo que acentuó la tendencia negativa nacional.
Aunque Oaxaca fue la excepción, con el mayor crecimiento acumulado en el año, la caída en Quintana Roo arrastró el promedio regional.
Para Artemisa Montes, economista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, lo que ocurre en el Sur-Sureste podría ser un síntoma temprano de una desaceleración más amplia a nivel nacional.
"Esta región lleva años de rezago estructural. A pesar de los esfuerzos por crear polos industriales desde sexenios anteriores, el desarrollo industrial requiere procesos más orgánicos. Los inversionistas siguen priorizando infraestructura, logística y rentabilidad, y el Sur-Sureste aún enfrenta carencias profundas", explicó a El Sol de México.
En contraste, regiones como el Bajío mantuvieron su rol como motores industriales. Guanajuato creció 8.7 por ciento y Aguascalientes cuatro por ciento, impulsados por la construcción y la manufactura.
No obstante, Querétaro y San Luis Potosí mostraron señales de desaceleración. El Noroeste tuvo un comportamiento mixto, con avances en Baja California Sur y Sonora, que compensaron las caídas en Baja California, Sinaloa y Chihuahua.
La región Centro-Centro Sur tuvo un desempeño mixto. Ciudad de México creció 8.1 por ciento e Hidalgo 5.4 por ciento, pero Estado de México, Puebla y Tlaxcala se ubicaron en terreno negativo.
Montes advirtió que el deterioro industrial de la región no puede explicarse solo por factores internos. La desaceleración en Estados Unidos ya comenzó a reflejarse en algunos indicadores, y se espera que tenga un impacto directo sobre las empresas mexicanas que están vinculadas a cadenas de valor internacionales, especialmente en el Bajío y el Norte del país.
Explicó que aquellas firmas con mayor exposición a importaciones o que están menos integradas al mercado nacional podrían ser las primeras en resentir los efectos negativos.
Añadió que las empresas más dependientes del dinamismo industrial de Estados Unidos también serán las más afectadas por las decisiones comerciales que deriven en nuevos aranceles
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