La presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta una férrea oposición, y no precisamente fuera de su gobierno.
Aunque parezca increíble, el opositor número uno a su administración es el ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
En segundo término, se ubica el ex gobernador de Tabasco, y aún coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández.
Un día sí y el otro también surgen denuncias y señalamientos de su presunto enriquecimiento, que sin rubor Adán lo presume como un exitoso notario público de Tabasco.
Otro que le ha jugado las contras a la presidenta, es el líder de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila.
A todas luces, no menos fuerte y peligroso, es el secretario de Organización del partido guinda, Andy López Beltrán.
Más, los que se le han revelado son los senadores Saúl Monreal y Félix Salgado Macedonio, quienes pretenden suceder a sus familiares en sus respectivas gubernaturas.
Por sus excesos, alejados de los principios recomendados por la mandataria, también se ubican como sus contras, el polémico Gerardo Fernández Noroña y el secretario de Educación, Mario Delgado.
Los mencionados, son los personajes más visibles que poco o nada les importa que le vaya bien a Sheinbaum. Sólo les interesa su porvenir y en cierta forma, quemarle incienso a López Obrador.
En conjunto o separado, el grupo –sin descontar a otros adversarios guindas-, han hecho imposible un firme avance del primer año de gobierno de la presidenta.
De hecho, las versiones que corren es que se han empezado a frotar las manos, frente a una eventual revocación de mandato en la primera mitad de gobierno.
Se trata de un plan maquiavélico urdido por el de Macuspana para mantener el control, y bastón de mando real.
Lo señalado no es nada aventurado, puesto que no son pocos los que añoran a Andrés Manuel, y quisieran que se mantuviera en el gobierno.
Hay que recordar que durante el mandato del tabasqueño, se gestó una corriente reeleccionista en favor de López Obrador.
Incluso, se hicieron encuestas, con preguntas en el sentido de que si volverían a votar por Obrador. La cosa no prosperó.
A todo ello se le suman los turbios manejos de dineros producto del huachicoleo fiscal, donde salen a relucir los hijos del político de Tabasco.
Eso es lo que prevalece al interior de la 4T, donde dicen que la oposición es inexistente. Pero está claro que no lo es para la presidenta.
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