Fwd: Coordenadas Políticas/Martín Aguilar/La inseguridad al alza

El asesinato de los colaboradores de la jefa de gobierno, Clara Brugada, tiene más fondo de lo que se pueda imaginar.

 

Los hechos sucedieron en el corazón de la República. La operación quirúrgica, ofrece señales claras para ser analizadas.

 

Los esfuerzos de los investigadores están enfocados a perseguir y localizar a los directamente responsables.

 

En ningún momento, se ha determinado uno o varios autores intelectuales, que por el impacto en la clase policía, bien pudiesen ubicarse en las altas esferas del poder.

 

Además, dadas las circunstancias, el o los autores, también se pueden extender al plano internacional, no sólo en el ámbito nacional.

 

La ejecución tiene todo el tinte de haberla realizado el crimen organizado, afectado sí, en sus operaciones, pero la planeación alcanza un rango superior.

 

Es decir, el diseño de la estrategia para cometer el doble crimen, fue perfilado por mentes con proyección de desestabilizadora de la 4T.

 

Y de alguna manera eso fue percibido tanto en Palacio Nacional, como en el viejo Palacio del Ayuntamiento.

 

En el primer caso, la presidenta Claudia Sheinbaum, recibió a la jefa de gobierno Clara Brugada.

 

A partir de ese momento dejaron a un lado sus diferencias políticas y unieron esfuerzos para buscar a los responsables.

 

Incuso la mandataria nacional, declaró que la jefa de gobierno no está sola, incluso difundió que hay fraternidad entre ambas y cierta querencia.

 

Claro que eso se entendió como un pacto transitorio, puesto que difícilmente se habrán de cerrar las heridas.

 

Un elemento adicional y que no debe pasar desapercibido son las diferencias entre los altos mandos dedicados a combatir al crimen organizado, tanto en la capital como en el interior de la República.

 

Omar García Harfuch, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, es el directamente responsable y el más interesado en esclarecer el doble crimen.

 

¿Por qué razón? Harfuch ya huele a sucesor de Sheinbaum. Así lo observan dentro y fuera de los gabinetes federal y de la Ciudad de México.

 

¿Es una venganza? Pudiese ser una hipótesis que no debe descartarse, pero los sucesos alcanzan una dimensión mayúscula.

 

En esta trama hay toda una gama de actores a los que hay que voltear a ver y que se esconden en las penumbras del poder.

 

Para efectos inmediatos, el daño colateral llegó a Palacio Nacional y al Palacio del Ayuntamiento.

 

Hay más tela de donde cortar para destejer la maraña provocada por un atentado fríamente calculado. 


Share on Google Plus

About .

    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comments:

Publicar un comentario