Este miércoles 28 de mayo concluye el periodo de campaña para candidatos a jueces, magistrados y ministros.
Lo inédito es la propia elección, pero se han generado nuevas estrategias para convencer a los ciudadanos de asistir a las urnas.
¿El motivo? Una escasa o casi nula información que ilustre al ciudadano de a pie que habrá elecciones judiciales el próximo domingo.
Y los pocos enterados, desconocen por quién, cómo y dónde votar. La información al respecto también es nula en el peor de los casos y confusa en otros.
Lo que si es claro son los cientos de candidatos a ser votados en las urnas, en muchos de los casos mediante el uso de prácticas comunes de una elección ordinaria normal.
A ese fenómeno se suman los sectores que han convocado a no asistir a votar, algo así como un boicot.
Derivado de ello, es previsible que la maquinaria morenista opere lo mejor aceitada posible.
El proceso es de la mayor importancia para el régimen, puesto que se trata de un proyecto ideado y puesto en marcha por Andrés Manuel López Obrador.
Difícilmente en la actual 4T estarían dispuestos a actuar de manera omisa ante el mayúsculo reto que implica sacar adelante una elección de tal envergadura.
La estrategia planteada y que se perfila como la más eficaz, es la elaboración de acordeones.
Es decir que en los acordeones se han colocado nombres y cargos para ser electos, así como el número en que se encuentra el candidato.
¿Funcionará? Eso está por verse, siempre y cuando haya electores en las casillas o bien acudan a la sección correcta.
Para eso, estarán los grupos corporativos que llevarán a los ciudadanos a votar con la información descrita en mano.
El socorrido acarreo no faltará, toda vez que es uno de los métodos usuales más seguros para garantizar la asistencia a votar.
Sobra decir, quién o quienes tienen la capacidad de movilización a lo largo y ancho del territorio nacional.
Los dirigentes del partido en el poder proyectan alcanzar una votación de 20%, equivalente a unos 20 millones de votos.
Ello parece un reto complicado de alcanzar, toda vez que especialistas en materia electoral, apuestan una participación de alrededor del 10%.
Bajo ese esquema se desarrollará la elección herencia de López Obrador. Veremos qué éxito tendrá.
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