Por si no fuesen suficientes los flancos abiertos por la 4T, que derivan en una serie de sistemáticas crisis, la presidenta Claudia Sheinbaum, criticó al dirigente nacional del PAN, Jorge Romero.
Desde la tribuna mañanera de Palacio Nacional, la mandataria sugirió que la oposición podría recurrir a la violencia para derrotar a Morena.
"Están muy frustrados, la oposición está muy frustrada. Y cada vez les hace menos caso el pueblo de México y con estas declaraciones cada vez menos, porque hay mucha frustración", afirmó Sheinbaum.
De inmediato le respondió el dirigente de Acción Nacional a través de un video mensaje, en donde aseguró que había defendido a la presidenta en su confrontación con el gobierno de Estados Unidos.
Está visto que la actual administración carece de capacidad política para hacer frente a los diferendos internacionales. Al canciller Juan Ramón de la Fuente le ha quedado grande el cargo.
Pero además la crisis migratoria no cesa por la presión de Donald Trump, quien ha emprendido una feroz cacería de mexicanos que laboran en Estados Unidos, lo que ha generado protestas en varios estados de la Unión Americana.
La lucha contra el crimen organizado, sobre todo en Sinaloa, no tiene para cuándo arrojar resultados. Por el contrario, se ha convertido en una crisis imparable.
A todo ello, se le suma la galopante carestía. Una imparable alza en los precios de los productos de la canasta básica, afecta el bolsillo de los que menos tienen.
El estancamiento de la economía y el nulo crecimiento que se vislumbra, impide al gobierno de Sheinbaum generar condiciones de desarrollo para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.
La fallida operación de Estado en las elecciones de Durango y Veracruz, es otro factor que con seguridad tiene de mal humor a la presidenta. Es factible que pronto haya cobro de facturas.
Y el amago del gobierno de Trump sobre la presunta lista de políticos 4T presuntamente ligados al narco, trae de cabeza a la administración Sheinbaum.
Las cosas no pintan nada bien para México en el corto plazo. Y no conforme con esa serie de crisis, la presidenta abrió fuego ayer contra el PAN, villano favorito de la 4T y culpable de todos los males presentes y pasados.
Para nada es acertado ese camino. Está claro que culpar al pasado ya no es redituable. Tal vez le funcionó a Andrés Manuel López Obrador. Pero este, es otro sexenio.
¿Corregirán el rumbo o seguirán con la brújula averiada?
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