Hay caos en la 4T. Algunos hablan de revuelta y grilla fuera de control dentro del oficialismo. Lo inocultable es la falta de control interno. La escalada en la crisis con el gobierno de EU, a raíz de las redadas y detenciones indiscriminadas contra cientos de mexicanos, y las protestas que esos abusos detonaron, han exhibido fallas en la coordinación dentro de Morena.
Mientras la Presidenta y la Cancillería hacen esfuerzos por mantener la prudencia y evitar que se descarrile la relación política, social y económica más importante de nuestro país, distintos sectores en la 4T parecen jugar las contras.
"Hay que dejar de hacer política en la red X", dijo apenas el pasado viernes la presidenta en su mañanera, ante el cúmulo de irresponsabilidad de distintos sectores que, con el pretexto de "solidarizarse" con los migrantes, lanzaron insultos contra Donald Trump y su gobierno, enrareciendo aún más el ambiente político.
La estampa más acabada: la consejera estatal de Morena en Jalisco, Melissa Cornejo, quien días atrás le pidió al gobierno de EU "métanse mi visa por el culo", lo que derivó en una confrontación pública con el subsecretario de Estado y exembajador en México, Christopher Landau, quien apenas el jueves pasado se reunió dos horas en Palacio Nacional con Sheinbaum. El horno no está para bollos.
Unos días atrás, la secretaria de Seguridad Nacional de Trump, Kristi Noem, responsabilizó directamente a la presidenta de México de azuzar a nuestros paisanos a movilizarse. Las protestas se extendían por decenas de ciudades estadounidenses, y mientras Sheinbaum le metía cabeza fría, turbas morenistas agitaban las aguas en redes sociales. La presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, también pintaba su raya con los dichos de la jalisciense.
Cornejo, quien terminó borrando su vulgar tuit y restringiendo su cuenta, reapareció el fin de semana. Les mandó decir a Sheinbaum y Alcalde que era "preocupante que se enfoquen tanto en la forma", para después asegurar que no se arrepentía de lo dicho en el fondo. Nadie llamaba al orden. Junto con ella, moneros y plumas oficialistas se fueron de boca y hasta sus visas rotas mostraron, acompañando las imágenes de más insultos y provocaciones.
En ese río revuelto, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, en entrevista con el oficialista Canal Once, insistió en que la presidenta convoque a movilizaciones "no solo por las remesas", sino por las detenciones en Los Ángeles. Es el mismo personaje que poco antes había reclamado para México el estado de California, Texas, Nuevo México…
En fin, que una cosa es lo que decía en Palacio Nacional Sheinbaum y otra la que hacían por la libre varios morenistas.
En ese marco, la presidenta estará esta semana en la Cumbre del G7. Para México y los mexicanos, lo más relevante de la reunión será el encuentro con Trump. La relación con EU no atraviesa ni de cerca su mejor momento. AMLO la heredó descompuesta y Sheinbaum intenta rescatarla, pese a que no pocos en el oficialismo se empeñan en descarrilarse. Los recientes episodios tendrían que servir de termómetro para que ella calibre con quiénes sí y con quiénes no cuenta. Porque, en una batalla como la que libra, con esos amigos, ¿para qué quiere enemigos?
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