Alberto Moreno
Ciudad de México-. En un hito trascendental para la cultura y el patrimonio de México, la Ruta Wixárika por los Sitios Sagrados a Wirikuta ha sido oficialmente inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Esta designación marca un antes y un después, ya que por primera vez una expresión cultural de tal profundidad y vitalidad, arraigada en las culturas indígenas contemporáneas de México, recibe este reconocimiento global.
La decisión de la UNESCO no solo celebra la riqueza del patrimonio material, sino que también subraya la importancia de los caminos rituales, los saberes milenarios y la espiritualidad compartida como elementos fundamentales del legado cultural de la humanidad.
La Ruta Wixárika es un testimonio vivo de la resistencia cultural y la conexión inquebrantable de los pueblos originarios con su entorno y sus tradiciones.
*Un Camino de 500 Kilómetros que Une el Pasado y el Presente*
Desde tiempos inmemoriales, el pueblo wixárika (huichol) ha recorrido esta extensa ruta ceremonial que supera los 500 kilómetros.
Este trayecto ancestral es fundamental en su cosmovisión, conectando sitios sagrados que, según sus creencias, marcan el origen y el equilibrio del mundo.
La peregrinación se inicia en el occidente de México, serpenteando a través de cinco estados: Nayarit, Jalisco, Zacatecas, San Luis Potosí y Durango, para culminar en Wirikuta.
Wirikuta, ubicado en el altiplano potosino, es el corazón de esta travesía. Considerado el lugar donde nació el Sol y se creó el mundo, este sitio es de vital importancia espiritual para los wixaritari.
La ruta sigue un trazo simbólico, uniendo puntos clave como Tatei Jaramara en Nayarit y Hauxa Manaka (Cerro Gordo) en Durango, antes de llegar a Wirikuta y el emblemático Cerro Quemado en Real de Catorce, San Luis Potosí.
A lo largo de este sagrado camino, los peregrinos wixaritari reafirman su profundo vínculo con la tierra, sus ancestros y sus deidades tutelares.
A través de ofrendas, cantos, rituales y peregrinaciones, mantienen vivo un complejo sistema tradicional de conocimiento que no solo honra sus raíces, sino que también propicia el bienestar de su pueblo y asegura un ciclo agrícola exitoso.
La inclusión de la Ruta Wixárika en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO no es solo un reconocimiento a un camino, sino a la vitalidad y solidez de las culturas indígenas de México, recordándonos que el patrimonio cultural es tan diverso y dinámico como las comunidades que lo crean y lo mantienen vivo.
Este logro es un llamado a la protección y el respeto de estas tradiciones ancestrales que continúan enriqueciendo el mosaico cultural de la humanidad.
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