Morena cierra filas con la transformación a un año del gobierno de Sheinbaum
Redacción
Discurso de la diputada Xóchitl Bravo Espinosa, coordinadora del Grupo Parlamentario de Morena en el Congreso de la ciudad de México, en el evento "primer año, primera presidenta. 7 años de la cuarta transformación", que se llevó a cabo en el museo de la ciudad de México.
Muy buenas noches a todas y todos.
El corazón se hace chiquito, ¿no? Chiquito porque me dan ganas de llorar, pero no puedo hacerlo frente a todas y todos ustedes. Pero creo que en esto se resume nuestra historia, nuestra lucha, de los que estamos y de los que ya no están. Creo que ahí se resume el gran compromiso que tenemos de no fallarle a la gente de esta ciudad y de este país.
Yo, primero que nada, quiero agradecer la invitación a mi presidenta, con "a", nacional, de nuestro movimiento, a nuestra querida Luisa Alcalde. Gracias, nos representas, querida presidenta también.
A una persona que guía nuestros pasos; que escuchamos; que leemos, y que intentamos practicar todos los días lo que vamos viendo desde la dirigencia de nuestro movimiento en la ciudad, a Héctor Díaz Polanco. Muchas gracias, querido presidente.
A todas y todos mis compañeros, que todos los días trabajan haciendo que este movimiento crezca, que camine, que se vaya a las callas, que no dejemos de estar cerca de la gente, porque esa es la esencia de la Cuarta Transformación: la gente. De ahí venimos muchas y muchos. Eso es algo que jamás se nos debe de olvidar.
Quiero, sobre todo, agradecer infinitamente a la militancia, a los COTS, a los que están en el territorio todos los días, aunque llueva o haga calor. Un aplauso a toda esa gran estructura hermosa y preciosa.
Hoy que celebramos el Primer Informe de la Presidenta de México y siete años desde el triunfo del pueblo, que nos llevó a ocupar la Presidencia con las votaciones más altas de nuestra historia democrática.
Quiero ir directo a un personaje que nos representa; que representa el triunfo; que representa la consolidación del proyecto colectivo de un pueblo que soñó con la esperanza y encontró un medio para hacerla realidad, que es Morena.
Cientos de miles —mujeres y hombres, jóvenes y personas mayores, niñas, niños, jóvenes— brigadearon casa por casa para convertir la esperanza en organización, y la organización en victorias democráticas. Morena es, con orgullo, el movimiento social pacífico más grande del Sur Global en los últimos años.
El hecho de que hoy una mujer de izquierda dispute y renueve las narrativas políticas globales no es un accidente; es obra del pueblo organizado. En esa es que habrá de encontrar la hebra conductora: la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Pero ella no llegó sola. Llegó con todas y todos nosotros. Llegó con el mandato ético y popular de millones que defendieron la verdad frente a la mentira; el derecho frente al privilegio, y la dignidad frente al desprecio. Cada comité, cada asamblea, cada volante, cada puerta tocada hizo posible que la Cuarta Transformación continúe y que se esté profundizando.
Nuestra Presidenta presentó un informe amplio y sólido, fruto de un año de trabajo intenso, que confirma el corazón de nuestro proyecto: la política dejó de administrarse desde la comodidad de la élite y se gobierna con el pueblo.
Por eso hoy tenemos resultados, de los que nos tenemos que sentir orgullosas y orgullosos: 13.5 millones de personas salieron de la pobreza extrema; la pobreza bajó de 41.9 por ciento a 29.5; la desigualdad pasó de 0.426 por ciento a 0.391, la segunda menor en América, y el desempleo se ubica en 2.7 por ciento, entre los niveles más bajos del mundo.
El crecimiento se mide en vidas dignas. Programas de bienestar por 850 mil millones de pesos. Imagínense ustedes: programas de bienestar por 850 mil millones de pesos, 2.3 por ciento del PIB. Además, se entregan sin intermediarios a 32 millones de familias; 13 millones de personas mayores reciben seis mil 200 pesos bimestrales; un millón 606 mil 382 personas con discapacidad reciben tres mil 200 pesos bimestrales, y tres millones 861 mil 153 estudiantes cuentan con la Beca Universal Benito Juárez. Eso es economía con proyecto de nación y prosperidad compartida.
La igualdad dejó de ser consigna para volverse en una institución viva. El Sistema de Cuidados avanza; la nueva Secretaría de las Mujeres, a la que aprovechamos para también reconocer, ha distribuido 25 millones de Cartillas de Derechos. Ahí radica la primera de las colectivas de las mujeres feministas. Eso se convierte hoy en letra escrita. Se han instalado 678 Centros LIBREs.
Me parece importante decir, y lo he dicho en todos los espacios, que la educación es el eje vertebral de la Cuarta Transformación. Y así, hemos dado un salto histórico: nació el Bachillerato Nacional, que armoniza 32 sistemas; se abrieron 38 mil espacios adicionales; se anuló el examen de COMIPEMS en el Valle de México, bajo el principio "Mi derecho, mi lugar".
Aumentó 3.5 por ciento el presupuesto en educación superior; las Universidades del Bienestar atienden a 85 mil estudiantes en 202 sedes, y la Rosario Castellanos llegará a 77 mil jóvenes.
La salud. La salud pública también se expande. Se han inaugurado 15 hospitales y cerraremos 2025 con 31 nuevos hospitales en todo el país.
La vivienda la concebimos como un derecho, no como una mercancía ni tampoco como un privilegio. Al cierre de agosto, inició la construcción de 249 mil viviendas y se llegará a 390 mil antes de terminar el 2025. Además, 1.8 millones de apoyos y créditos para mejoramiento; 189 mil escrituras gratuitas, y decretos que alivian deudas impagables van a beneficiar a cinco millones de familias.
El Estado cuida los bienes comunes y gobierna con inteligencia pública. Se simplificaron mil 343 trámites; se eliminaron 763 cosas tan complejas para nuestros pueblos originarios.
Así es como hoy gobierna la Cuarta Transformación. Se gobierna para todas y todos, con justicia territorial. Por primera vez, 20 mil 358 comunidades indígenas y afromexicanas reciben directamente presupuesto: 12 mil 374 millones de pesos. Continúan también 16 Planes de Justicia y se iniciaron dos más, y ya se restituyeron cerca de 10 mil hectáreas como propiedad comunal tradicional.
Eso es solamente un pequeño ejemplo de que la democracia no es un día de urnas; es un modo de gobernar. Es rendición de cuentas; es debate público; es participación comunitaria, pero –sobre todo– es austeridad.
Por eso, también avanzamos en conectividad como derecho de los habitantes, con una nueva ley que busca conectar a 15 millones de personas y faculta a la Comisión Federal de Electricidad a dar internet donde no hay cobertura, porque ciudadanía plena hoy significa estar en línea.
En 2025 dimos un paso inédito. Se estableció la elección libre de ministras, ministros, magistradas, magistrados, juezas y jueces. La corrupción ha concluido; el nepotismo se combatió de manera directa y los privilegios. Y someter la impartición de justicia al escrutinio democrático es un derecho de nuestro pueblo. Esta reforma al Poder Judicial no politiza a la justicia; al contrario, la desprivatiza y la devuelve a lo más preciado que tenemos que es a nuestro pueblo y a nuestra nación.
Y no nos quedamos ahí solamente. Promovemos la innovación soberana, desde el mini vehículo eléctrico Olínia hasta satélites de observación climática y drones de última generación, con 500 investigadoras e investigadores participando. Los apoyos a proyectos científicos crecieron 193 por ciento; las becas al extranjero 70 por ciento, y las estancias posdoctorales 23 por ciento. Eso es Estado social del conocimiento.
Hoy, desde nuestro país, desde México, se disputa un sentido del mundo: que el desarrollo sea con justicia; que la paz sea con derechos; que la democracia sea con el pueblo. Y que la palabra de una mujer de izquierda, respaldada por millones, cambie el marco de referencia global, y hoy está ocurriendo.
Tenemos el escenario con el que muchas niñas soñamos, sobre todo las que fuimos niñas de las periferias; niñas que desde pequeñitas íbamos a las marchas; las que vivimos en asentamientos; las que no teníamos luz; las que no teníamos agua; niñas de abajo que soñamos con lo que hoy tenemos y decimos: esta Presidenta y esta Jefa de Gobierno sí me representan. Mujeres de izquierda; mujeres gigantes de nuestro movimiento; luchadoras y feministas, trabajando juntas por la Ciudad y por el país y por las niñas de México.
Nombramos la fuerza que nos trajo aquí y esa fuerza somos las mujeres. Nada de esto sería posible sin la lucha acumulada y la memoria viva de millones de mujeres, heroínas anónimas que sostuvieron la vida; que defendieron los derechos; que organizaron las colonias; que levantaron huelgas y que fundaron Morena. A ellas y al pueblo de México nos debemos.
Celebramos y refrendamos nuestro compromiso de estar a la altura, con humildad, con austeridad, con unidad. Hay que salir a informar al pueblo del gran trabajo de nuestras gobernantes y a disputar el territorio y a crear una narrativa pública directamente con la gente.
Morena seguirá siendo el instrumento democrático del pueblo para consolidar la Cuarta Transformación. Porque nació en las calles, en las casas y en las plazas deberá continuará hasta consolidar un proyecto justo, de equidad, y hasta que la dignidad siga siendo costumbre.
Hoy no puede quedar solamente en este evento. Hoy tenemos que generar un compromiso. No entre nosotros, porque hoy somos mayorías absolutas en la Cámara federal, en la Cámara de Senadores, en los Congresos locales, y recuperamos alcaldías.
Pero que nos quede claro: así como la confianza de la gente fue depositada en nosotros, puede ser retirada. Y en nosotros está que avancemos o que nosotros mismos nos podamos convertir en quienes lleven a nuestro movimiento a algo no muy agradable.
Nuestro expresidente Andrés Manuel López Obrador, que ha sido el mejor presidente que ha tenido este país, dejó una estafeta, que hoy ya lo decía nuestro querido Fisgón, hoy está caminando los mismos pasos una extraordinaria mujer.
Y creo que a ella y a él le debemos seguir refrendando su lucha, su convicción, y hoy nos toca a nosotras y nosotros. Compañeros, compañeras, desde el corazón: sigamos caminando juntas y juntos por el bien de nuestro país. Muchas gracias.
Redacción
Discurso de la diputada Xóchitl Bravo Espinosa, coordinadora del Grupo Parlamentario de Morena en el Congreso de la ciudad de México, en el evento "primer año, primera presidenta. 7 años de la cuarta transformación", que se llevó a cabo en el museo de la ciudad de México.
Muy buenas noches a todas y todos.
El corazón se hace chiquito, ¿no? Chiquito porque me dan ganas de llorar, pero no puedo hacerlo frente a todas y todos ustedes. Pero creo que en esto se resume nuestra historia, nuestra lucha, de los que estamos y de los que ya no están. Creo que ahí se resume el gran compromiso que tenemos de no fallarle a la gente de esta ciudad y de este país.
Yo, primero que nada, quiero agradecer la invitación a mi presidenta, con "a", nacional, de nuestro movimiento, a nuestra querida Luisa Alcalde. Gracias, nos representas, querida presidenta también.
A una persona que guía nuestros pasos; que escuchamos; que leemos, y que intentamos practicar todos los días lo que vamos viendo desde la dirigencia de nuestro movimiento en la ciudad, a Héctor Díaz Polanco. Muchas gracias, querido presidente.
A todas y todos mis compañeros, que todos los días trabajan haciendo que este movimiento crezca, que camine, que se vaya a las callas, que no dejemos de estar cerca de la gente, porque esa es la esencia de la Cuarta Transformación: la gente. De ahí venimos muchas y muchos. Eso es algo que jamás se nos debe de olvidar.
Quiero, sobre todo, agradecer infinitamente a la militancia, a los COTS, a los que están en el territorio todos los días, aunque llueva o haga calor. Un aplauso a toda esa gran estructura hermosa y preciosa.
Hoy que celebramos el Primer Informe de la Presidenta de México y siete años desde el triunfo del pueblo, que nos llevó a ocupar la Presidencia con las votaciones más altas de nuestra historia democrática.
Quiero ir directo a un personaje que nos representa; que representa el triunfo; que representa la consolidación del proyecto colectivo de un pueblo que soñó con la esperanza y encontró un medio para hacerla realidad, que es Morena.
Cientos de miles —mujeres y hombres, jóvenes y personas mayores, niñas, niños, jóvenes— brigadearon casa por casa para convertir la esperanza en organización, y la organización en victorias democráticas. Morena es, con orgullo, el movimiento social pacífico más grande del Sur Global en los últimos años.
El hecho de que hoy una mujer de izquierda dispute y renueve las narrativas políticas globales no es un accidente; es obra del pueblo organizado. En esa es que habrá de encontrar la hebra conductora: la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Pero ella no llegó sola. Llegó con todas y todos nosotros. Llegó con el mandato ético y popular de millones que defendieron la verdad frente a la mentira; el derecho frente al privilegio, y la dignidad frente al desprecio. Cada comité, cada asamblea, cada volante, cada puerta tocada hizo posible que la Cuarta Transformación continúe y que se esté profundizando.
Nuestra Presidenta presentó un informe amplio y sólido, fruto de un año de trabajo intenso, que confirma el corazón de nuestro proyecto: la política dejó de administrarse desde la comodidad de la élite y se gobierna con el pueblo.
Por eso hoy tenemos resultados, de los que nos tenemos que sentir orgullosas y orgullosos: 13.5 millones de personas salieron de la pobreza extrema; la pobreza bajó de 41.9 por ciento a 29.5; la desigualdad pasó de 0.426 por ciento a 0.391, la segunda menor en América, y el desempleo se ubica en 2.7 por ciento, entre los niveles más bajos del mundo.
El crecimiento se mide en vidas dignas. Programas de bienestar por 850 mil millones de pesos. Imagínense ustedes: programas de bienestar por 850 mil millones de pesos, 2.3 por ciento del PIB. Además, se entregan sin intermediarios a 32 millones de familias; 13 millones de personas mayores reciben seis mil 200 pesos bimestrales; un millón 606 mil 382 personas con discapacidad reciben tres mil 200 pesos bimestrales, y tres millones 861 mil 153 estudiantes cuentan con la Beca Universal Benito Juárez. Eso es economía con proyecto de nación y prosperidad compartida.
La igualdad dejó de ser consigna para volverse en una institución viva. El Sistema de Cuidados avanza; la nueva Secretaría de las Mujeres, a la que aprovechamos para también reconocer, ha distribuido 25 millones de Cartillas de Derechos. Ahí radica la primera de las colectivas de las mujeres feministas. Eso se convierte hoy en letra escrita. Se han instalado 678 Centros LIBREs.
Me parece importante decir, y lo he dicho en todos los espacios, que la educación es el eje vertebral de la Cuarta Transformación. Y así, hemos dado un salto histórico: nació el Bachillerato Nacional, que armoniza 32 sistemas; se abrieron 38 mil espacios adicionales; se anuló el examen de COMIPEMS en el Valle de México, bajo el principio "Mi derecho, mi lugar".
Aumentó 3.5 por ciento el presupuesto en educación superior; las Universidades del Bienestar atienden a 85 mil estudiantes en 202 sedes, y la Rosario Castellanos llegará a 77 mil jóvenes.
La salud. La salud pública también se expande. Se han inaugurado 15 hospitales y cerraremos 2025 con 31 nuevos hospitales en todo el país.
La vivienda la concebimos como un derecho, no como una mercancía ni tampoco como un privilegio. Al cierre de agosto, inició la construcción de 249 mil viviendas y se llegará a 390 mil antes de terminar el 2025. Además, 1.8 millones de apoyos y créditos para mejoramiento; 189 mil escrituras gratuitas, y decretos que alivian deudas impagables van a beneficiar a cinco millones de familias.
El Estado cuida los bienes comunes y gobierna con inteligencia pública. Se simplificaron mil 343 trámites; se eliminaron 763 cosas tan complejas para nuestros pueblos originarios.
Así es como hoy gobierna la Cuarta Transformación. Se gobierna para todas y todos, con justicia territorial. Por primera vez, 20 mil 358 comunidades indígenas y afromexicanas reciben directamente presupuesto: 12 mil 374 millones de pesos. Continúan también 16 Planes de Justicia y se iniciaron dos más, y ya se restituyeron cerca de 10 mil hectáreas como propiedad comunal tradicional.
Eso es solamente un pequeño ejemplo de que la democracia no es un día de urnas; es un modo de gobernar. Es rendición de cuentas; es debate público; es participación comunitaria, pero –sobre todo– es austeridad.
Por eso, también avanzamos en conectividad como derecho de los habitantes, con una nueva ley que busca conectar a 15 millones de personas y faculta a la Comisión Federal de Electricidad a dar internet donde no hay cobertura, porque ciudadanía plena hoy significa estar en línea.
En 2025 dimos un paso inédito. Se estableció la elección libre de ministras, ministros, magistradas, magistrados, juezas y jueces. La corrupción ha concluido; el nepotismo se combatió de manera directa y los privilegios. Y someter la impartición de justicia al escrutinio democrático es un derecho de nuestro pueblo. Esta reforma al Poder Judicial no politiza a la justicia; al contrario, la desprivatiza y la devuelve a lo más preciado que tenemos que es a nuestro pueblo y a nuestra nación.
Y no nos quedamos ahí solamente. Promovemos la innovación soberana, desde el mini vehículo eléctrico Olínia hasta satélites de observación climática y drones de última generación, con 500 investigadoras e investigadores participando. Los apoyos a proyectos científicos crecieron 193 por ciento; las becas al extranjero 70 por ciento, y las estancias posdoctorales 23 por ciento. Eso es Estado social del conocimiento.
Hoy, desde nuestro país, desde México, se disputa un sentido del mundo: que el desarrollo sea con justicia; que la paz sea con derechos; que la democracia sea con el pueblo. Y que la palabra de una mujer de izquierda, respaldada por millones, cambie el marco de referencia global, y hoy está ocurriendo.
Tenemos el escenario con el que muchas niñas soñamos, sobre todo las que fuimos niñas de las periferias; niñas que desde pequeñitas íbamos a las marchas; las que vivimos en asentamientos; las que no teníamos luz; las que no teníamos agua; niñas de abajo que soñamos con lo que hoy tenemos y decimos: esta Presidenta y esta Jefa de Gobierno sí me representan. Mujeres de izquierda; mujeres gigantes de nuestro movimiento; luchadoras y feministas, trabajando juntas por la Ciudad y por el país y por las niñas de México.
Nombramos la fuerza que nos trajo aquí y esa fuerza somos las mujeres. Nada de esto sería posible sin la lucha acumulada y la memoria viva de millones de mujeres, heroínas anónimas que sostuvieron la vida; que defendieron los derechos; que organizaron las colonias; que levantaron huelgas y que fundaron Morena. A ellas y al pueblo de México nos debemos.
Celebramos y refrendamos nuestro compromiso de estar a la altura, con humildad, con austeridad, con unidad. Hay que salir a informar al pueblo del gran trabajo de nuestras gobernantes y a disputar el territorio y a crear una narrativa pública directamente con la gente.
Morena seguirá siendo el instrumento democrático del pueblo para consolidar la Cuarta Transformación. Porque nació en las calles, en las casas y en las plazas deberá continuará hasta consolidar un proyecto justo, de equidad, y hasta que la dignidad siga siendo costumbre.
Hoy no puede quedar solamente en este evento. Hoy tenemos que generar un compromiso. No entre nosotros, porque hoy somos mayorías absolutas en la Cámara federal, en la Cámara de Senadores, en los Congresos locales, y recuperamos alcaldías.
Pero que nos quede claro: así como la confianza de la gente fue depositada en nosotros, puede ser retirada. Y en nosotros está que avancemos o que nosotros mismos nos podamos convertir en quienes lleven a nuestro movimiento a algo no muy agradable.
Nuestro expresidente Andrés Manuel López Obrador, que ha sido el mejor presidente que ha tenido este país, dejó una estafeta, que hoy ya lo decía nuestro querido Fisgón, hoy está caminando los mismos pasos una extraordinaria mujer.
Y creo que a ella y a él le debemos seguir refrendando su lucha, su convicción, y hoy nos toca a nosotras y nosotros. Compañeros, compañeras, desde el corazón: sigamos caminando juntas y juntos por el bien de nuestro país. Muchas gracias.
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