Rebeca Marín
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, inauguró este sábado la Feria del Nopal 2025 en la explanada del Monumento a la Revolución, donde durante el fin de semana productores de Milpa Alta y otras zonas rurales expondrán una amplia variedad de productos derivados del nopal.
Este evento, que tradicionalmente se celebraba en Milpa Alta y fue suspendido durante la pandemia de Covid-19, regresa ahora al corazón de la ciudad como un homenaje a uno de los productos más representativos del campo mexicano.
"El nopal es alimento milenario, es medicina, es símbolo patrio, es parte de un sistema agroecológico, pero sobre todo, es sustento y dignidad para miles de familias productoras", destacó Brugada Molina.
Durante su mensaje, la mandataria capitalina denunció la desigualdad entre lo que ganan los productores y lo que pagan los consumidores, y se comprometió a establecer puentes directos del campo a la ciudad. "Una caja con 200 nopales se vende en $30 pesos, mientras que en el mercado urbano esa cantidad apenas alcanza para 10 nopales. Eso no puede seguir así", señaló.
La feria busca, además de difundir los beneficios nutricionales y culturales del nopal, impulsar el comercio directo del productor al consumidor, promover la soberanía alimentaria y fomentar la innovación con nuevos productos como harinas, tortillas, mermeladas, escabeches y cosméticos elaborados con nopal.
Brugada anunció que, a partir de ahora, cada tres meses se realizará la Feria del Nopal en el Monumento a la Revolución, como parte de una estrategia permanente para fortalecer el campo capitalino.
Asimismo, hizo un llamado a modernizar el proceso de producción, ofreciendo maquinaria, certificaciones y recursos para mejorar las condiciones de trabajo de los campesinos. "Necesitamos dejar atrás el modelo de espinas a mano, hay tecnología disponible y vamos a respaldar su implementación", aseguró.
En el marco de la feria, la jefa de Gobierno también realizó una declaratoria histórica: las terrazas agrícolas de Milpa Alta, Tláhuac, Xochimilco e Iztapalapa fueron reconocidas como patrimonio biocultural de la Ciudad de México.
"Esto es un acto de justicia histórica y ambiental. En esas laderas habita una sabiduría milenaria que ha transformado la piedra en cultivo y la lava en vida", subrayó.
Con esta medida, el gobierno local busca preservar los sistemas agrícolas tradicionales como los corrales, los metepécles y las terrazas, al tiempo que se defiende un modelo de ciudad más verde, justo y conectado con sus raíces rurales.
Brugada reiteró su compromiso con los pueblos originarios y con las más de 5,000 personas que en Milpa Alta se dedican a la producción del nopal, único producto agrícola en el que la Ciudad de México es autosuficiente.
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