La presidenta Claudia Sheinbaum, se metió de lleno a la reforma político electoral, pero sólo con la visión del régimen.
Creó la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, sólo con funcionarios de primer nivel, y que tendrá vigencia hasta el 30 de septiembre de 2030.
Presidirá la comisión Pablo Gómez, y la integrarán, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación; y Ernestina Godoy, consejera Jurídica de la Presidencia.
Asimismo, Arturo Zaldívar, coordinador de Política y Gobierno de la Presidencia y Jesús Ramírez Cuevas, coordinador de asesores.
Otros participantes serán José Antonio Peña Merino, titular de la Agencia de Transformación Digital y Lázaro Cárdenas Batel, jefe de la Oficina de la Presidencia.
¿Tendrá viabilidad un proyecto de reforma con una sola visión? La indicación es convocar a reuniones, foros, encuentros y conferencias, pero en la comisión faltan actores fundamentales.
No forman parte, consejeros y magistrados electorales, dirigentes de partidos, especialistas, académicos, representantes empresariales, de la sociedad civil, de profesionales y demás.
De inicio este proceso es regresivo, pues se trata impulsar una reforma desde el poder, sin intervención de los actores políticos.
Es regresar a las aciagas épocas del todo poderoso priismo, cuando el Estado organizaba las elecciones.
Impulsar la debilidad de los partidos políticos, será una prioridad de la 4T, y un contrasentido de quienes detentan el poder.
Pablo Gómez, uno de los principales actores que impulsó la apertura democrática, y el acceso de las minorías al Congreso, hoy se prepara como el gran sepulturero.
De hecho, Gómez Álvarez, fue un destacado colaborador de Los Chuchos, Jesús Zambrano y Jesús Ortega, en el tan criticado Pacto Por México, firmado con Enrique Peña Nieto.
Hoy –como Los Chuchos que enterraron al PRD nacional-, Pablo se prepara a enterrar la democracia, y extinguir el sistema de partidos.
Un sólido grupo ha levantado la voz contra de esa actuar estalinista: Lorenzo Córdova, Luis Carlos Ugalde, José Woldenberg, Leonardo Valdés Zurita, María Marván, Ciro Murayama Rendón, Marco Baños y Benito Nacif, entre otros.
Lo que proponen es corregir el rumbo y el abuso en que ha incurrido la 4T.
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