Rebeca Marín
El crecimiento explosivo de locales, plazas y bodegas dedicadas a la comercialización de productos chinos ha colapsado y pauperizado el Centro Histórico, donde en cualquier calle y a toda hora del día transitan "diableros" con cargas de hasta tres metros de mercancías.
Además, decenas de edificios históricos y hasta estacionamientos de dos o tres pisos ahora se han convertido en plazas y bodegas con más de 400 locales, informaron comerciantes del Centro Histórico.
En la calle de Apartado, por ejemplo, había una plaza dedicada a la venta de bisutería, donde todos los dueños de esos locales eran mexicanos y la derrama económica que generaban se quedaba en el mercado nacional. "Ahora, los dueños de esos puntos de venta son chinos", explicó José Luis Santiago, empresario de la Calle de las Novias.
Los comerciantes establecidos del Centro Histórico señalaron que las autoridades deben informar cuántas personas de origen asiático han obtenido la ciudadanía mexicana en los últimos años, cuántos de ellos han comprado edificios en el Centro Histórico, qué país acredita su inversión y a cuánto asciende esa inversión extranjera.
"La autoridad debe explicar qué beneficio tiene esa inversión para la economía del país y si representa un beneficio para los mexicanos autorizar todas estas plazas", señaló José Luis Santiago.
Indicó que la llegada de productos de origen asiático no solo ha desplazado el comercio nacional, sino también ha encarecido las rentas en la zona y ha destruido la industria textil, como son las fábricas de ropa deportiva, de trajes típicos y bordadores.
Se debe informar quién autorizó que edificios completos y estacionamientos se convirtieran en plazas y bodegas, señaló José Luis Santiago al estimar que en el Centro Histórico hay al menos 600 bodegas.
Organizaciones empresariales del sector comercial de la Ciudad de México señalan que no existe una cifra oficial que permita conocer con exactitud el número de puntos de venta dedicados a la comercialización de productos de origen asiático.
Sin embargo, tienen identificadas al menos 11 plazas de las más grandes y conocidas, como son: Plaza Izazaga 89 (con 16 pisos y más de 46 tiendas por piso), Plaza Peña y Peña, Plaza Izazaga 38, Izazaga 151 (con 5 pisos), Flamencos 9, Centro de Importadores, Plaza Chinos Mayoreo, Sasa Life Style, Importadora Comercial Oriental, Teng Da y Bodega China.
La autoridad debe explicar qué beneficio tiene esa inversión para la economía del país y si representa un beneficio para los mexicanos autorizar todas estas plazas, José Luis Santiago, empresario del giro Novias.
De acuerdo con el presidente del Consejo Para el Desarrollo del Pequeño Comercio (ConComercio), Gerardo López Becerra, el comercio chino en el Centro Histórico también ha ido de la mano del crecimiento del ambulantaje.
Estimó que tan sólo en la zona de Isabel la Católica hay alrededor de 17 edificios dedicados a la venta de mercancías asiáticas, mientras que en la zona de la vieja Merced, República de Argentina, Belisario Domínguez, El Carmen y Granaditas hay al menos 25 edificios más. "En el Centro Histórico podría haber alrededor de 40 centros comerciales chinos, sin tomar en cuenta las bodegas y los changarritos", apuntó.
En estos lugares se ofrece una gran variedad de productos de bajo costo y calidad, que van desde cosméticos, juguetes, artículos de papelería, productos electrónicos, utensilios de cocina y para el hogar, belleza, herramientas, bisutería, zapatos, mochilas y bolsas, entre muchos otros.
Estudios de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México (Canaco CDMX) advierten que la entrada de productos asiáticos provoca una distorsión en el mercado que daña la industria nacional, provocando el quiebre de empresas, cierre de negocios y, por ende, pérdida de empleo.
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