Martín Aguilar
El cuerpo de José Luis Muñoz, quien murió tras un ataque a balazos junto a Ximena Guzmán, colaboradores de Clara Brugada, fue sepultado en el panteón Dolores entre el llanto de sus amigos, seres queridos y compañeros de lucha y un fuerte dispositivo con decenas de policías uniformados y encubiertos.
Era la una y media de la tarde cuando partió el cortejo fúnebre de la funeraria Gayosso Sullivan, acompañado por vehículos de amigos y familiares que se reunieron para darle el último adiós.
Policías de tránsito también acompañaron el recorrido rumbo al cementerio, donde estuvo presente la jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Luego del cortejo fúnebre que pasó por avenidas importantes como Circuito Interior, los familiares bajaron el féretro de la carroza y con el dolor d ella pérdida, juntaron fuerza para cargar el ataúd al hombreo y trasladarlo al punto donde fue sepultado.
Ahí estuvo presente la mandataria capitalina, Clara Brugada, quien permaneció poco más de 45 minutos en la despedida de Pepe, como le llamaba desde pequeño, cuando se conocieron en la alcaldía Iztapalapa, donde fue sepultado.
Tras permanecer en silencio y dar sus condolencias a los familiares, Brugada se retiró a bordo de una camioneta bajo el resguardo de escoltas que siguieron su camino hasta su destino.
A la par se realizó una conferencia de prensa por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Fiscalía General de Justicia, en la que se dieron a conocer avances en la investigación por el doble aesinato.
Ahí se detalló que ninguno de los dos recibió amenazas previas, que no contaban con medidas de seguridad adicionales, que el crimen se cometió con mucha planeación, que el sicario disparó al menos 12 veces y que aún no hay detenidos por estos hechos.
En la agencia funeraria de la colonia San Rafael, de la alcaldía Cuauhtémoc, velaron los cuerpos de los dos colaboradores del Gobierno Capitalino desde la noche del 20 de mayo, día en el que se cometió el crimen que cimbro y paralizó a la capital.
El lugar se vio repleto de coronas de flores, velas encendidas, carteles con sus fotos y exigencias de justicia.
Ahí permanecerá una noche más el cuerpo de Ximena, en espera de la llegada de más familiares que han buscado trasladarse desde distintos puntos del país para darle el último adiós.
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