México necesita reforma electoral que corrija fallas estructurales sin comprometer la autonomía: CCM

Martín Aguilar

México enfrenta desafíos reales en su sistema electoral, como la falta de transparencia en el financiamiento de campañas, la inequidad en la competencia partidista y una participación ciudadana que, aunque vibrante en momentos clave, está muy limitada y hasta suprimida cuando no es agradable al establishment, aseguró el Centro Católico Multimedial.

Recordó que la presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado la creación de una Comisión Presidencial para la Reforma Electoral encabezada por el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera.

El CCM refirió que el anuncio ha generado expectativas y preocupaciones en partes iguales. Sin duda porque sería un zarpazo al sistema democrático que todavía tiene signos débiles de latencia, pero que buscará conformar una estructura de poder favorable al régimen.

En su editorial "otra reforma electoral en México: ¿Hacia el monopolio del poder? expuso que diagnosticar el sistema electoral y de partidos para proponer una reforma se presenta como un esfuerzo por fortalecer la democracia y centrarse en la participación ciudadana.

Sin embargo, por el contexto político, la trayectoria de los actores involucrados y los antecedentes de intentos similares, es necesario un análisis crítico sobre sus verdaderas intenciones y posibles consecuencias.

El ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera tiene una larga trayectoria como legislador y actor político, figura reconocida por su experiencia en reformas político-electorales.

El CCM señala que su nombramiento, junto la sugerencia de incluir a legisladores, académicos, expertos y ciudadanos en la comisión podría sugerir un enfoque plural, aunque no existen garantías para que esto suceda.

Sacar esta Comisión del ámbito del Poder Legislativo ya levanta una sospecha cuando este grupo prácticamente se convierte en apéndice del Ejecutivo para legislar en temas que no son de su competencia. Las anteriores reformas político-electorales corrieron a cargo de los partidos en el Congreso de la Unión, hoy hay un albazo que pone a la titular del Ejecutivo como protagonista.

Por otro lado, la designación de un perfil tan cercano al proyecto político de Morena y al ex presidente López Obrador levanta sospechas sobre la imparcialidad de la reforma.

La historia reciente, marcada por intentos de machacar al Instituto Nacional Electoral (INE), alimentan el temor de que esta Comisión pueda ser un vehículo para consolidar el control del partido gobernante sobre el sistema electoral.

Los objetivos declarados de la Comisión —realizar un diagnóstico exhaustivo del modelo electoral y proponer cambios que refuercen la representación popular y la participación ciudadana— son loables en teoría.

Pero, las reformas impulsadas por el gobierno anterior, como el denominado "Plan B", generaron críticas por intentar reducir la autonomía del INE, recortar su presupuesto y limitar su capacidad operativa. Estas medidas, parcialmente suspendidas evidenciaron un riesgo de retroceso democrático, y la nueva comisión podría retomar esas ideas bajo un nuevo ropaje.

En otros momentos, el anuncio de esta Comisión sería un momento de increíble oportunidad para refinar el sistema electoral mexicano, pero no es así.

"Asistimos a un momento de inusitado riesgo cuando la fortaleza política para Morena, que cuenta con una supermayoría en el Congreso tras las elecciones de 2024, está a punto de dar un golpe que le podría dejar en el poder además de la descomposición que se le atribuye por los supuestos nexos con el crimen. Hoy existe una capacidad sin precedentes para impulsar reformas constitucionales para actuar con el típico "ni los veo ni los oigo" en caso de haber oposición", indicó el CCM.

El desafío para la Comisión Presidencial será demostrar que su propósito es genuinamente democrático y no un intento de moldear el sistema electoral a favor del partido en el poder.

La inclusión de voces diversas y la transparencia en el proceso serán cruciales para disipar las dudas. México necesita una reforma electoral que corrija las fallas estructurales sin comprometer la autonomía de sus instituciones.

¿Se priorizará cambios que fortalezcan la democracia o se buscará consolidar el dominio de Morena en el sistema político? ¿Vamos hacia el fortalecimiento de la democracia? ¿O hacia el monopolio absoluto del poder?

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