La Barriada/Martín Aguilar/Ernestina Godoy una fiscal desechable

Si Claudia Sheinbaum quiere dar resultados en el combate a la inseguridad en la Ciudad de México, tendría que dejar de usar a Ernestina Godoy para sus venganzas políticas personales y exigirle que primero resuelva los casos que agobian a los capitalinos.

 

Porque de muy poco sirve que la policía preventiva dé constantes golpes a los mayores grupos generadores de violencia, si cuando los casos llegan a la Fiscalía de Justicia de la CDMX las investigaciones se atoran.

 

Sólo cuando se trata de enemigos políticos las carpetas se arman en fast track. Los ministerios públicos integran voluminosos expedientes en unas cuantas horas y consiguen órdenes judiciales en contra de los implicados.

 

Sin importar que sea fin de semana, los muchachos de la fiscal carnala de Claudia demuestran su eficiencia. Así ocurrió, por ejemplo, con Adrián Rubalcava, a quien se le persiguió con base en una denuncia anónima enviada por correo electrónico.

 

El mensaje llegó casi de madrugada, de alguien que, en forma anónima, denunció que el alcalde en Cuajimalpa estaba haciendo negocios sucios —nunca especificó cuáles— y que no quería ser parte del asunto, por lo que pedía a la Fiscalía actuar en contra del servidor público.

 

Eso bastó para que en tres días el expediente estuviera listo y presentado ante un juez, quien lo dio por válido y Rubalcava fue investigado en sus bienes y cuentas, además de que se le negó el acceso a la carpeta de investigación.

 

Al final, el alcalde pudo librarse de esa persecución, gracias a que sus abogados demostraron que todo había sido un montaje de la Fiscalía de Ernestina y el caso se vino abajo, ¿pero cuánta gente está en posibilidad de defenderse de esas arbitrariedades?

 

El caso de Adrián no es el único; está el de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, con el que la fiscal carnala se ha ensañado, al grado de pedir su reclusión en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, donde han estado El Chapo Guzmán, El Mochaorejas, La Tuta y otros capos.

 

Igual se fueron contra alcaldes de la alianza opositora en la capital, pues Lía Limón, Giovanni Gutiérrez, Mauricio Tabe, Santiago Taboada y Sandra Cuevas, de Álvaro Obregón, Coyoacán, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Cuauhtémoc, respectivamente, fueron investigados.

 

Cuatro de ellos acaban de llegar al cargo, pero se les investigaron bienes y cuentas bancarias como si fueran Emilios Lozoyas, por el simple hecho de ser opositores y no alinearse con los designios de la jefa de Gobierno.

 

En el caso más reciente, armado en contra de Cuevas, la jefa de Gobierno declaró que evaluaría un posible diálogo con la alcaldesa en Cuauhtémoc. Como si no fuera su obligación dialogar con los alcaldes, independientemente del color que sea.

 

Sandra también se puede defender y está a punto de darle la vuelta a la tortilla, demostrando que todo fue un montaje más de Ernestina, ¿pero y los ciudadanos de a pie? 


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