Impuestos saludables deben acompañarse de educación y prevención: expertos

Rebeca Marín

 

La aplicación de impuestos a las bebidas con edulcorantes exige un análisis integral que permita evaluar de manera seria e imparcial el impacto de esta medida en la salud pública, pero también los desafíos y las repercusiones que implica en la economía de la cadena productiva y el bienestar del consumidor.

 

"El cambio de comportamiento frente al consumo de azúcar es multifactorial; la educación temprana en salud y nutrición es el factor más determinante para prevenir la diabetes Tipo 2", indicó Gisela Ayala, directora ejecutiva de la Federación Mexicana de Diabetes.

 

Al participar en el webinar "Impuestos, salud y economía: Evidencias y Desafíos en América Latina", Gisela Ayala señaló que los impuestos tienen un rol complementario, porque los ejes centrales de las políticas de salud deben ser la prevención y la educación.

 

La especialista en diabetes indicó que los gravámenes pueden funcionar como herramienta de política pública siempre y cuando estén acompañados de programas de:

 

Prevención.

 

Educación.

 

Acceso a alternativas saludables.

 

Destacó la importancia de informar a los pacientes, ya que los edulcorantes son herramientas útiles para la reeducación del paladar y la reducción del consumo de azúcar, por lo que advirtió el riesgo de que las prohibiciones generen rechazo y se pronunció a favor de ofrecer opciones que empoderen al consumidor.

 

Gisela Ayala destacó la importancia del uso responsable y transparente de los recursos recaudados. "La sociedad civil insiste en que los ingresos derivados de los impuestos deben destinarse a programas de salud y educación, fortaleciendo la transparencia y el propósito del gravamen; y garantizar que exista un mercado de alternativas en las que el paciente pueda formar su propio esquema".

 

Luz Ángela Sánchez, experta en cámaras industriales mencionó que es fundamental un análisis, con visión integral, del impacto regulatorio. "Cualquier política fiscal debe evaluarse en dos dimensiones: salud pública y economía productiva. Las medidas que no consideren ambas pueden afectar la competitividad y el empleo".

 

Indicó que los sectores productivos deben priorizar el bien común sobre el interés particular, articulando plataformas colaborativas que integren a industria, sindicatos, academia y sociedad civil.

 

Señaló que la forma en que se comunica el impacto de una regulación define su percepción pública, por lo que es esencial construir mensajes claros y basados en datos cuantitativos que muestren consecuencias reales en inversión, consumo y poder adquisitivo.

 

"El aprendizaje de otros sectores muestra que los impuestos regresivos pueden afectar tanto la competitividad como el poder adquisitivo", sostuvo la especialista

 

También evidencian que las industrias pueden desempeñar un papel clave más allá del beneficio económico, contribuyendo a soluciones sostenibles mediante:

 

La reformulación de productos.

 

La educación.

 

Una visión integral de sostenibilidad que responda a las nuevas expectativas de los consumidores.

 

Finalmente, Santiago López Jaramillo, director ejecutivo Regional para América Latina y el Caribe de la International Council of Beverages Associations (ICBA), señaló que la industria de bebidas ha respondido al llamado de Naciones Unidas para reformular productos, reducir calorías y ofrecer opciones bajas o sin azúcar, reflejando una transformación visible en los hábitos de consumo de la región..

 

Entre las principales contradicciones de gravar la innovación, el especialista señaló que las principales autoridades sanitarias, como la FDA y la EFSA, reconocen la innovación como un eje fundamental para mejorar la salud pública.

 

"Imponer impuestos a los edulcorantes podría ir en contra de ese principio, al desincentivar el desarrollo de alternativas más saludables y generar confusión sobre la seguridad de ingredientes respaldados científicamente", apuntó.

 

Refirió que la región de América Latina enfrenta la paradoja del hambre y el sobrepeso; por ello, el debate debe centrarse en políticas integrales que combinen educación, reformulación y comunicación responsable más que en medidas fiscales punitivas.

 

Indicó que los organismos internacionales coinciden en que la educación del consumidor, el etiquetado frontal y la publicidad responsable son "mejores compras" ("best buys") en políticas públicas frente a los impuestos al consumo. 


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