Cravioto justifica la medida de crear un albergue para migrantes en un predio de la Peralvillo

Martín Aguilar

Una vieja casona en el corazón de Tepito, en la colonia Peralvillo, se ha convertido en el centro de una disputa entre el Gobierno de la Ciudad de México y la alcaldía Cuauhtémoc. El edificio, que albergó por más de un siglo a la Escuela Libre de Medicina Homeopática, ahora será transformado en un refugio para personas migrantes. Pero la decisión, tomada sin previo aviso a la comunidad, ha detonado una tormenta política y vecinal.

 

El secretario de Gobierno, César Cravioto, salió al paso de las críticas; el funcionario utilizó su red social X y defendió la legalidad de la medida.

 

"Ese inmueble no se le quitó a nadie", afirmó. Según el funcionario, la escuela llevaba años sin operar y el predio había sido invadido ilegalmente por personas que ni daban clases ni ofrecían atención médica. "Hay denuncias penales contra quienes intentaron despojar a la institución del edificio", subrayó.

 

Cravioto aseveró que el gobierno firmó un acuerdo con el representante legal de la escuela para intercambiar el inmueble por otro, resolviendo así un conflicto arrastrado desde hace años. "El lugar había sido clausurado por la Secretaría de Educación por no cumplir con las normas. No se puede permitir que se difundan mentiras, y menos por parte de autoridades", criticó.

 

Sin embargo, la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, no comparte esa versión. Un día antes, denunció públicamente que el gobierno capitalino "tomó" el edificio sin avisar a la comunidad ni a la alcaldía. "Lo cerraron, lo desmantelaron y se llevaron incluso el equipo del quirófano. Nadie sabe a dónde fue a parar", acusó.

 

Rojo de la Vega destacó que la escuela y hospital brindaron atención médica gratuita por décadas, convirtiéndose en un símbolo de vocación social. "En lugar de fortalecer ese legado, optaron por despojar a los vecinos. Esto no es empatía, es imposición", dijo, rodeada de vecinos y estudiantes que se manifestaron frente al inmueble.

 

Aseguró también que su oposición no es contra los migrantes. "No vamos a permitir que se distorsione el mensaje. Esta alcaldía cree en la solidaridad y en la dignidad humana, pero no se puede imponer la ayuda destruyendo escuelas", sostuvo.

 

El pasado 12 de mayo, estudiantes, profesores y personal administrativo del hospital-escuela se manifestaron frente al edificio. Exigieron respeto por la historia y función del lugar. "Aquí se formaron generaciones enteras. No puede ser que lo desmantelen sin diálogo", reclamaron.

 

En medio del conflicto, las versiones se enfrentan, los ánimos se calientan, y el inmueble de Peralvillo 75 queda atrapado entre la urgencia de un refugio y la memoria de una comunidad que siente que le están arrebatando parte de su historia. 


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