Con las elecciones en 17 estados a la vuelta de la esquina, el estilo de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum empieza a tomar forma.
Es decir que en Palacio Nacional avanza la conformación para la toma de las decisiones políticas en el país.
Los resultados están por encima de las relaciones; trayectoria antes que cercanía. Es lo que prevé en el proceso de toma de decisiones.
Así es como la presidenta consolida su poder con una lógica distinta al reparto de cuotas: la de la disciplina, la eficacia y la rendición de cuentas.
Su sello, más institucional que faccioso, se refleja en las reformas que acotan el nepotismo y limitan la reelección.
Asimismo, el propósito es reducir el margen de maniobra de las cúpulas partidarias con la eliminación de plurinominales y la disminución del financiamiento público.
Aunque en público la mandataria ha dejado en claro que no le interesa tener injerencia en la vida interna de Morena.
Sin embargo, su influencia es visible en la selección de perfiles que encarnan la idea de resultados verificables.
Por ejemplo, en el círculo cercano de la presidenta y en el partido Morena, suena con fuerza el nombre de Rafael Marín Mollinedo.
Se trata del actual director de la agencia Nacional de Aduanas de México, a quien dan por hecho que será el candidato a la gubernatura de Quintana Roo.
Lo que observan quienes lo postulan, son los logros de Marín Mollinedo en la recaudación y huachicol fiscal.
A dicho servidor público lo colocan como ejemplo del nuevo paradigma que impulsa Sheinbaum: gobernar con resultados, sin cercanos, ni concesiones.
Es evidente que la presidenta está en el proceso de adoptar un estilo propio de gobernar.
Sin embargo, lo que prevalece es un terreno complicado, con adversarios internos como se ha establecido en este espacio en otros momentos.
El hecho concreto es que cada mandatario –y en este caso la presidenta-, suelen tener una marcada influencia en la designación de candidatos a cargos de elección popular.
Y esta ocasión no es la excepción; llegado el momento del inicio del proceso electoral 2027, se podrá conocer el nivel de influencia de la presidenta en la elección de candidatos.
Los análisis, proyecciones y encuestas, perfilan a un nutrido grupo de hombres y mujeres, cercanas a la titular del Poder Ejecutivo.
Llegada la fecha esperada, se podrá conocer el peso real que tendrá Sheinbaum al interior de Morena, donde el control lo detenta el obradorato.
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