CEPAL eleva previsión de crecimiento para América Latina; ve alza de 0.3% en México

Rebeca Marín

 

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) elevó su pronóstico para el crecimiento económico de la región en este año a 2.2 por ciento, desde un dos por ciento que estimó en abril.

 

Al presentar el "Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2025", la CEPAL destacó que persisten las tensiones geopolíticas y el aumento del proteccionismo a nivel global, además de que se prevén posibles disrupciones en las cadenas de suministro.

 

"El desempeño económico seguirá condicionado por la debilidad de la demanda externa, condiciones financieras restrictivas y la fragilidad derivada de factores internos como un menor dinamismo del consumo, una baja inversión, elevada informalidad laboral y las persistentes desigualdades estructurales", indicó el organismo.

 

En el caso de México, la proyección del Producto Interno Bruto (PIB) de la CEPAL se mantuvo en un nivel de 0.3 por ciento en 2025.

 

De cumplirse este pronóstico, la economía mexicana sería la de menor crecimiento de la región de América Latina y el Caribe, según las nuevas estimaciones del organismo internacional, sólo por encima de Cuba y Haití, que registrarían caídas de 1.5 y 2.3 por ciento, respectivamente.

 

La CEPAL puntualizó que en México la dinámica de la actividad económica se mantiene principalmente gracias al repunte del sector agrícola, aunque en los últimos meses enfrentó periodos de sequías o climas extremos.

 

"México mostró avances relativos a su proceso de convergencia fiscal, diseñado en el marco del Paquete Económico 2025, como la reducción del gasto primario, en particular del gasto corriente, en comparación con el primer trimestre del año anterior", subrayó.

 

Para 2026, la institución financiera prevé que el PIB del país crezca sólo uno por ciento, aún impactado por la debilidad de la demanda externa.

 

En su informe, la CEPAL detalló que las economías de América Latina y el Caribe enfrentan un panorama complejo en el corto plazo, marcado por un bajo crecimiento, inflación estancada y un margen fiscal cada vez más limitado para enfrentar choques externos.

 

Uno de los principales focos de atención es la subregión de Centroamérica y México, que ha sido la más afectada por el debilitamiento de la demanda agregada externa, particularmente la proveniente de Estados Unidos, su principal socio comercial.

 

Factores como la incertidumbre sobre la política económica, el impacto de nuevos aranceles y las altas tasas de interés a largo plazo han deteriorado las perspectivas para la región, que depende en gran medida del dinamismo comercial y financiero de Estados Unidos.

 

El escenario previsto es que la economía estadounidense, que representa una cuarta parte del PIB mundial, enfrentará en 2025 la desaceleración más pronunciada entre las economías avanzadas, con una tasa de crecimiento proyectada en torno al dos por ciento.

 

Por otro lado, puntualizó que a nivel interno, el freno económico regional responde a debilidades estructurales en el consumo y la inversión.

 

Agregó que si bien el consumo privado se mantiene como el principal motor del PIB, su crecimiento se ve afectado por una débil creación de empleo, baja confianza de los hogares y condiciones crediticias restrictivas.

 

Además, destacó que el margen fiscal continúa siendo limitado, lo que complica la posibilidad de impulsar el crecimiento vía mayor gasto público. En promedio, se espera que los ingresos del gobierno central en América Latina apenas alcancen el 18.7 por ciento del PIB en 2025, mientras que el gasto se mantendría estable en 21.8 por ciento del PIB. 


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