Finaliza sin acuerdos reunión de vecinos de El Capulín y la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario

Martín Aguilar

 

La reunión celebrada este miércoles entre representantes vecinales del Capulín y la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF) dejó un sabor amargo para los habitantes afectados por los trabajos del Tren Interurbano México-Toluca.

 

Los vecinos acudieron con la esperanza de obtener respuestas concretas sobre la reparación de viviendas dañadas, pero se retiraron con la sensación de que las autoridades siguen jugando al desgaste. "Esto no se trata de diálogo, sino de dar largas", señalaron los integrantes de Vecinos Unidos del Capulín, quienes llevan más de un año esperando dictámenes y compromisos firmes.

 

Para los vecinos, la reanudación de las conversaciones no fue un gesto de buena voluntad por parte de la Agencia, sino el resultado de jornadas de protesta que obligaron a abrir la mesa. Sin embargo, durante la reunión, la frustración creció: aseguran que la autoridad busca cerrar puntos secundarios mientras deja de lado lo esencial, las reparaciones.

 

"La prioridad parece ser inaugurar el tren antes que asumir la responsabilidad de los daños. Mientras tanto, las grietas siguen avanzando y la paciencia de la comunidad se reduce al mismo ritmo en que se acerca la fecha de corte de listón del megaproyecto", expresaron.

 

Los vecinos denunciaron que la Agencia solo busca culparlos por los retrasos en las obras, mientras ignora la ineficiente labor de su personal asignado en la zona del Capulín. "No firmaremos los documentos disfrazados de minuta, que más que crear acuerdos buscan señalar a nuestro movimiento como culpable por defender nuestros patrimonios y nuestras familias", subrayaron.

 

Durante la mesa de trabajo, que contó con la intervención de autoridades de concertación de la Ciudad de México, se constató que se han dejado de lado los acuerdos previamente establecidos entre los vecinos y el subsecretario de Gobierno, Fadlala Akabani. El subsecretario de concertación, Juan José García Ochoa, comentó que la empatía del subsecretario de Gobierno fue evidente al intentar ofrecer soluciones, aunque estas no se concretaron.

 

En tanto, los habitantes del Capulín se preguntan: ¿cuánto más deberán esperar? ¿Cuántas marchas, bloqueos y concentraciones serán necesarias para que sus viviendas sean reparadas? La incertidumbre y la preocupación por la integridad de sus hogares persisten mientras la inauguración del Tren Interurbano se acerca. 


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