En su manual de políticas prácticas, Plutarco, célebre autor de "Vidas Paralelas", se dirigió a todos los griegos a inicios del Siglo II D.C.:
"La conducta ideal del político es la moderación en su vida pública y privada, además del cultivo de la virtud".
Asimismo: "la persecución prioritaria del bien de la comunidad, más allá de amistades y enemistades privadas".
En sus consejos políticos, el pensador griego, esbozó: el "rechazo absoluto a cualquier tentación venal".
Lo dicho hace 19 siglos por Plutarco, parece más vigente que nunca; incluso algunos son postulados que pregonó Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, los integrantes de la mal llamada "cuarta transformación" llevan vidas paralelas, con una enorme carga de excesos y abusos.
Por un lado, hacen gala del discurso de austeridad, y se ufanan de otorgarle un irrestricto y absoluto respaldo a la presidenta Claudia Sheinbaum.
Pero apenas se enfundan la casaca de vida privada, y se transforman en todo lo opuesto que deben ejemplificar.
En el pasado, la ética y la disciplina priista, consistían en una vida privada lo más discretamente posible.
Aunque en su momento, había filtraciones de sus devaneos y excesos, pero quedaban en simples anécdotas.
Periodistas como Rafael Loret de Mola, escudriñaron los entretelones de la vida privada del poder; éste lo reflejó en sus polémicos libros.
Sin embargo, hoy prácticamente nada escapa a captar la vida privada de los poderosos.
Tal parece que los hijos del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, llevan incrustado un chip para saber en dónde están, qué comen, qué visten y dónde se alojan.
Los últimos días han sido prolíficos para que las redes sociales se disparen en críticas a las extravagancias de los herederos del obradorismo. No hay forma de tapar el sol con un dedo.
El influyente Andy López Obrador, fue captado y seguido en su viaje a Tokio, Japón. Lo mismo en el sitio donde se hospedó, que en la calle u otros lugares.
La semana pasada fueron exhibidos otros distinguidos integrantes de la 4T, como Ricardo Monreal o Mario Delgado, en España.
En las redes sociales también circula profusamente información sobre la vida privada de Andrés Manuel.
Se difundió que el ex presidente usa para sus traslados, incluida la Ciudad de México, aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana.
También que habita en un área rodeada por un cuartel militar, con hospitales y todo lo necesario para hacerle la vida nada difícil al ex mandatario.
¿Cuál austeridad? Eso sólo aplica en el pueblo al que suelen invocar para bañarse de esa falsa pureza.
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