A un mes de que los nuevos integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tomaron posesión, y aunque a primera vista los cambios no parecen espectaculares, lo cierto es que el máximo tribunal del país vive una transformación sin precedentes.
La tan mencionada Reforma Judicial comenzó a materializarse en el día a día, sacudiendo la estructura de un Poder Judicial acostumbrado a la inercia.
Los números son reveladores: de mil 458 asuntos recibidos, en menos de un mes ya se desahogaron 78. Con ese ritmo, los ministros estiman alcanzar el punto de equilibrio en un año, gracias a la nueva regla que obliga a resolver los casos en un plazo máximo de 60 días.
En paralelo, el Paquete Económico 2026 prevé un incremento presupuestal de 12.6% para la Corte, aunque sin aumentos salariales.
Por el contrario, el ministro presidente Hugo Aguilar inició una revisión a fondo de sueldos y prestaciones, evidenciando un escándalo:
Jueces, magistrados y hasta secretarios de acuerdos perciben más que los nuevos ministros, cuyo salario será de 130 mil pesos mensuales.
El colmo de todo: hay ministros retirados que disfrutan pensiones de más de 200 mil pesos sin trabajar.
Otra novedad histórica: el presidente de la Corte tomará casos directamente y emitirá proyectos de sentencia. Para ello heredó la ponencia del ministro saliente Alberto Pérez Dayán, con un equipo de 70 secretarios y asesores que no son nuevas plazas, pese a los rumores malintencionados.
Además, todos los asuntos serán asignados entre ministras y ministros por sorteo, acabando con el sospechosismo que rodeaba la designación discrecional de expedientes.
La disciplina también llegó a las jornadas laborales. Si antes el pleno sesionaba dos veces por semana, ahora lo hará al menos cuatro.
Y en los temas pendientes más espinosos –como el caso de Google por libertad de expresión o el de Grupo Salinas por impuestos–, Aguilar ha dejado claro que la Corte votará de manera colectiva y bajo una perspectiva de derechos sociales y humanos.
Nombres como Lenia Batres, Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz, María Estela Ríos, Giovanni Figueroa, Irving Espinosa, Arístides Guerrero y Sara Irene Herrerías acompañan a Hugo Aguilar en este proceso. La promesa es una justicia distinta, menos opaca y más cercana al interés social.
Por ahora, la Corte ha ganado el beneficio de la duda. Falta ver si mantiene el ritmo y logra lo que parecía imposible: reconciliar a la justicia con los mexicanos.
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