Fwd: La Barriada/Martín Aguilar/El que ríe al último, ríe mejor

Tras varios llamados que han hecho el bloque de alcaldes opositores de la Unión de Alcaldes de la CDMX para que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum los reciba y los incluya en los proyectos y reuniones que ha realizado es más distante y tormentos y todo por la desidia y soberbia de Sheinbaum, pese a que el secretario de gobierno, Martí Batres ya los recibió en forma cordial.

Y quienes creen que la integración de un bloque de alcaldes de oposición que buscan negociar mejores condiciones para sus territorios es sólo una baladronada en contra de Sheinbaum, se equivocan. 

Tendrían que releer la Constitución Política local, que deja bien claro que tan luego tomen posesión de sus cargos, los 16 alcaldes integrarán —junto con quien esté al frente de la Jefatura de Gobierno— el Gran Cabildo de la Ciudad de México.

 

Y no es que esta agrupación, que en teoría es el máximo órgano de gobierno de la capital, no esté instalado; lo está desde 2018. Lo que pasa es que sesiona cada que pasa un cometa cerca de la Tierra y sólo para echar café.

 

En lugar de tratar asuntos relevantes del gobierno central, que afecten o beneficien a todas las alcaldías de la capital, se habla sólo del bache o de la luminaria fundida de la esquina, y párenle de contar.

 

La jefa de Gobierno se la lleva de muertito, pues impone su voluntad sin contrapeso alguno, ya que, de 16 alcaldes, sólo cinco eran de oposición y once de Morena.

 

Eran de oposición porque Julio César El Nenuco Moreno y Manuel Negrete, ambos del PRD, y Octavio Rivero, del Movimiento Ciudadano, traicionaron a sus partidos para brincar a la 4T, con lo que Morena se adjudicó Venustiano Carranza, Coyoacán y Milpa Alta.

 

Con tan sólo el panista Santiago Taboada y el priista Adrián Rubalcava como opositores, Sheinbaum y sus aliados eran los reyes de la agenda política en el cabildo y nadie podía decir ni pío.

 

Pero ahora que la oposición le dio la vuelta a Morena, tanto en las alcaldías como en el Congreso de la Ciudad de México, la cosa tendrá que ser muy distinta.

 

La alianza PAN, PRI y PRD tiene nueve alcaldes, por siete de Morena. En el Congreso, los números están prácticamente empatados, y Donceles será otro dique para Claudia, que tendrá que hacer algo más que dar órdenes.

 

Si el bloque de alcaldes opositores se mantiene unido, representará una gran fuerza para frenar a la 4T con miras a 2024 en la CDMX. Hasta ahora parece que hay una línea de entendimiento, pues varios de ellos fueron compañeros como legisladores y se conocen bien.

 

El primer paso será la instalación del nuevo Cabildo de la Ciudad de México y quién quedará al frente de la Secretaría Técnica de ese órgano. Aunque la propuesta tiene que venir de la Jefatura de Gobierno, ésta debe contar con el visto bueno de los alcaldes.

 

Ante esta recomposición de fuerzas, se espera una mejor perspectiva para la ciudad, pues en lugar de ponerse de tapetes para cumplir las órdenes que les llegan del edificio del Antiguo Ayuntamiento, los diputados tendrán que hacer política… mucha política.

 

Por lo pronto, la fuerza territorial de la oposición es real y los alcaldes están en posibilidades de echarle montón a Claudia. 

 
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