Fwd: Leticia Salazar deja a Matamoros, Tamaulipas en un desfalco millonario

Martín Aguilar

El nombre de Norma Leticia Salazar Vázquez es reconocido inmediatamente en Matamoros, no sólo por haber tenido el cargo de Alcaldesa de 2013 a 2016, sino porque después de que los matamorenses la vieran como una esperanza para el municipio, terminó siendo una de las presuntas responsables de uno de los mayores desfalcos a las arcas del gobierno, de acuerdo con información de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

 

Su figura delgada y mirada serena contrastan con toda la energía que reflejan sus movimientos. Salazar es la imagen de una mujer que siempre fue cuidada para la carrera política que heredó desde la cuna. En los eventos siempre destacaba su pelo largo negro y alaciado y su amplia sonrisa, así la describe un colaborador cercano a ella que por seguridad ha pedido omitir su nombre.

 

Con dos décadas de experiencia en la política, Norma Leticia, de entonces 36 años, convenció a todos, incluyendo a los militantes del Partido Acción Nacional (PAN), de que era la mejor candidata en 2013 para hacer grande al municipio fronterizo, pero la gente de la que se rodeó fueron los que terminaron con su mandato, asegura este exmiembro de su equipo.

 

Aunque al inicio no era la primera opción de los ciudadanos, sus promesas de austeridad y de terminar con el narco en la ciudad la llevaron a ser la primera Alcaldesa de Matamoros. Detrás de su gran campaña estuvieron dos personajes clave en su ascenso y en su declive: su padre, Ramiro Salazar, un político inteligente y con gran experiencia, como lo describen quienes lo conocen, y Luis Alfredo Biasi, un hombre que se convirtió en su mano derecha.

 

Al tiempo que Norma Leticia brillaba por su lenguaje de confrontación con el crimen organizado, su mandato comenzó a llenarse de claroscuros. Uno de los más graves fue la muerte de cuatro jóvenes, tres de ellos estadounidenses, presuntamente a manos del "Grupo Hércules", unidad táctica conformada durante la administración de Leticia Salazar con el objetivo de frenar los hechos delictivos que asolaban a Matamoros.

 

Pero los señalamientos más fuertes contra Norma Leticia salieron de las cuentas públicas del municipio.

 

En la fiscalización que hizo la ASF al dinero federal enviado al municipio para obras y programas sociales se encontraron huecos enormes: no había señal de en qué se gastaron más de mil millones de pesos durante los primeros dos años de su mandato.

 

Las auditorías, los reportes, las facturas y los informes ahí están, pero después de cinco años nadie ha podido fincarle responsabilidad alguna a la exalcaldesa, quien después de ser una política reconocida que no ocultaba su ambición por ser gobernadora, terminó como un fantasma de las redes sociales. 


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